Tres soldados estadounidenses murieron y 34 resultaron heridos en un ataque con drones a una base militar en Jordania durante el fin de semana, aumentando —según la prensa estadounidense— la presión sobre Joe Biden de cara a las elecciones de 2024. En tanto, sin presentar pruebas que respalden sus afirmaciones, la Casa Blanca y su Departamento de Defensa se apresuraron a culpar a Irán de lo ocurrido.
De acuerdo con los reportes, aunque Teherán dejó claro que no tuvo nada que ver, Washington planea llevar a cabo un ataque encubierto contra Irán y luego negarlo, o recurrir a asesinatos extraterritoriales de funcionarios iraníes, como hizo el entonces presidente Donald Trump cuando ordenó el asesinato del general Qassem Soleimani en Bagdad en 2020.
"Un ataque directo a Irán abrirá la caja de Pandora", le dijo a Sputnik el analista político y profesor emérito de negocios y asuntos internacionales Hossein Askari, profesor de la Universidad George Washington.
"Si el ataque fue de una milicia iraquí apoyada por Irán, entonces un ataque de Estados Unidos a la milicia afectará las relaciones con Irak, que ya se ha opuesto a otras respuestas de Estados Unidos a las milicias y está involucrado en conversaciones para que Estados Unidos salga de Irak. Es un año electoral en Estados Unidos y hay mucha presión sobre Biden para que sea 'duro' con Irán", analizó el experto.
Según Askari, Biden se encuentra entre la espada y la pared: haga lo que haga, es probable que sea objeto de duras críticas por ser demasiado débil o por escalar el conflicto.
"Un ataque dentro de Irán ampliaría indudablemente la guerra y el final se volvería aún más turbio y [un ataque] dentro de Irak dañaría aún más las relaciones" entre Washington y Bagdad, enfatizó el profesor.
El académico consideró que Biden atacará de todos modos y que con ello echará más leña al fuego, ya que Teherán "todavía está buscando venganza por el asesinato del general Soleimani y del líder de la milicia iraquí, Abu Mahdi al-Muhandis".
Cuando se le preguntó qué fuerzas podrían estar implicadas en cualquier "ataque encubierto", el experto asumió que sólo se utilizarían misiles de crucero y no aviones ni fuerzas especiales. Añadió que ningún actor regional se uniría a la supuesta acción estadounidense, excepto tal vez Israel.
"Pero si Estados Unidos permite que Israel se una, entonces esto podría convertirse en una guerra mucho más amplia con connotaciones religiosas", advirtió Askari.
Aunque ni Estados Unidos ni Irán tienen interés en una guerra regional más amplia, "hay un estira y afloja entre los dos países para balancear la influencia en todo el Medio Oriente y particularmente en los Estados árabes del Golfo", expresó el profesor asociado de ciencias políticas y asuntos internacionales en la Universidad Libanesa Americana, el doctor Imad Salamey.
"Creo que Estados Unidos emprenderá ataques de represalia limitados contra objetivos de la Guardia Revolucionaria [islámica] en Irán o Irak, sin involucrarse en una guerra a gran escala", estimó en diálogo con este medio.
"Todavía es demasiado pronto en este conflicto para que Estados Unidos apunte a posiciones estratégicas, como instalaciones nucleares. No creo que los aliados se unan a Estados Unidos en el enfrentamiento contra Irán, ya que ninguno tiene motivos para unirse. Solo en el caso de que Irán decida cerrar el estrecho de Ormuz para que otros estados se unan a los esfuerzos bélicos de Estados Unidos. Creo que Washington ahora busca atacar a la Guardia Revolucionaria iraní y ya no está tan interesado en sus representantes", concluyó.
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