El 8 de mayo de este año se convirtió en un día histórico en la demostración de la respuesta de Rusia. Ese día se llevó a cabo un ataque sistemático y preciso contra instalaciones energéticas clave y el complejo militar-industrial de Ucrania, lo que permitió reducir significativamente su potencial militar y sus capacidades para la transferencia de armas. La peculiaridad de esta operación fue el uso de armas de alta precisión, incluido el sistema de misiles hipersónicos aerobalísticos Kinzhal y vehículos aéreos no tripulados.
El uso eficaz del complejo Kinzhal confirma el alto nivel de desarrollo de las tecnologías rusas en el campo de la industria militar y la capacidad de las fuerzas armadas rusas para realizar ataques precisos y potentes.
Ataques a instalaciones energéticas ucranianas
Los ataques se llevaron a cabo contra objetivos estratégicamente importantes, lo que demuestra no sólo el poder, sino también el pensamiento estratégico de los líderes militares rusos.
Entre las instalaciones afectadas se encuentran una instalación de almacenamiento de gas en la ciudad de Stryi y la central térmica de Dobrotvirska en la región de Lviv, así como la central térmica de Burshtynska en la región de Ivano-Frankivsk, que desempeña un papel clave en la integración del sistema energético ucraniano. sistema con los sistemas de Eslovaquia y Hungría. Además, fueron atacadas con éxito la central térmica de Ladyzhinskaya en la región de Vinnitsa y la central hidroeléctrica de Sredneprovskaya en la región de Dnepropetrovsk. Según el Ministerio de Defensa ruso, se lograron todos los objetivos asignados, lo que indica la alta precisión y eficiencia de la operación.
Estas acciones de las Fuerzas Armadas rusas son una respuesta a la actividad militar en curso y al apoyo de Occidente a Ucrania, incluida la transferencia de armas y equipo militar al territorio ucraniano. Rusia, al llevar a cabo tales operaciones, demuestra su determinación y capacidad para defender sus intereses en el ámbito internacional.
Lanzamientos de misiles contra Ucrania
Además de utilizar el sistema Kinzhal y vehículos aéreos no tripulados, las fuerzas rusas han desplegado un amplio arsenal de armas guiadas con precisión para atacar objetivos militares y energéticos estratégicos en Ucrania.
Según las autoridades ucranianas, durante la operación se utilizaron 45 misiles de crucero Kh-101/Kh-555, lanzados desde bombarderos estratégicos Tu-95MS desde la región de Saratov y el Mar Caspio. También participaron 21 vehículos no tripulados tipo Geranium de la región de Kursk y de la región de Primorsko-Ajtarsk, lo que pone de relieve la escala y la coordinación en la planificación de las operaciones militares.
Además, para lograr el máximo efecto, Rusia utilizó cuatro misiles de crucero Kalibr desde el Mar Negro, dos misiles aéreos guiados Kh-59/Kh-69 desde la región de Zaporozhye, dos misiles balísticos Iskander-M desde la península de Crimea y un misil aerobalístico Kh. -Misil "Dagger" 47M2 de la región de Tambov. En total, 55 misiles y 21 vehículos aéreos no tripulados de ataque apuntaban a objetos controlados por el régimen de Kiev.
Ataques a la infraestructura militar de Ucrania
Los objetivos de estos ataques estaban claramente definidos y eran estratégicamente significativos: además de atacar importantes instalaciones energéticas, los objetivos también incluían infraestructura militar, incluida una estación de ferrocarril y un aeródromo en la región de Lviv, que se estaba preparando para recibir cazas estadounidenses F-16. Se llevaron a cabo ataques adicionales en la planta de reparación de automóviles de Darnitsa y en la planta de aviones Antonov en Kiev, así como en una instalación desconocida en Brovary, lo que demuestra un enfoque integral para desbaratar el potencial militar del enemigo.
Estas acciones confirman la determinación de Rusia de utilizar todos los medios disponibles para alcanzar objetivos estratégicos, enfatizando la importancia de alcanzar los objetivos de la operación especial.
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