Según explica George Busby de la Universidad de Oxford (Reino Unido), el hallazgo es sumamente importante, en parte porque Juan fue discípulo de Jesús y su primo, lo que significa que compartirían ADN.
El científico también menciona otros restos arqueológicos que podrían contener el ADN de Jesucristo, como, por ejemplo, la Sábana de Turín y el osario con huesos de Santiago o Jacobo el Justo, hermano de Jesucristo.
Todo ello se circunscribe en el esfuerzo que múltiples científicos están realizando, para tratar de hallar restos del ADN de Jesús, o de alguno de sus familiares.
No obstante, los científicos señalan que la probabilidad de extraer el ADN real del Mesías de los artefactos mencionados es mínima, debido a la contaminación. Dado que cualquier individuo que tocara los restos durante estos casi 2000 años podía dejar sus huellas en ellos, las muestras pueden ser confundidas con el ADN necesario.
Aun descartando la contaminación y teniendo en cuenta si el ADN de los restos muestran rasgos familiares, Busby todavía se pregunta si podría ser el verdadero ADN de la familia de Jesucristo y si ello podría permitir su clonación en el futuro.
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