En una ceremonia celebrada este lunes mediante videoconferencia se ha mostrado cómo los dos buques se unen a la Fuerza Naval iraní por órdenes del presidente Hasan Rohani, en el puerto sureño de Bandar Abás.
En el evento virtual también han participado altos funcionarios militares iraníes, incluido el ministro de Defensa, el general de brigada Amir Hatami; el comandante en jefe del Ejército de Irán, el general de división Seyed Abdolrahim Musavi, así como el comandante de la Fuerza Naval del Ejército de Irán, el contralmirante Hosein Janzadi.
El general Hatami ha afirmado que el destructor Dena, de fabricación nacional, está diseñado para garantizar la seguridad marítima de la región.
Dena está equipado con sistemas de defensa avanzados, pesa más de 1300 toneladas y puede navegar largas distancias en los mares y océanos.
Además, tiene la capacidad de buscar, detectar, monitorear, confrontar y, de ser necesario, destruir cualquier amenaza aérea, terrestre y subterránea.
Cuenta con una cabina de vuelo para el despegue y el aterrizaje de los helicópteros, que se considera como una de las capacidades importantes del destructor Dena.
El cazador de minas Shahin, fabricado por jóvenes expertos iraníes, es capaz de detectar y neutralizar varios tipos de minas marinas, entre otras funciones.
Irán, una potencia militar autosuficiente
Aun cuando ha sufrido durante las últimas cuatro décadas severas sanciones de parte de EE.UU. y de otros países occidentales, Irán ha conseguido grandes logros en la fabricación de una amplia gama de equipos de calidad, que han permitido que las Fuerzas Armadas sean autosuficientes en el ámbito defensivo.
Irán se encuentra entre los cinco principales fabricantes de submarinos del mundo, gracias al conocimiento de sus expertos, por lo que cuenta con una gran flota de sumergibles de distintas clases, desde submarinos enanos hasta algunos grandes capaces de atravesar aguas turbulentas.
Es más, ha adelantado su decisión de construir submarinos de propulsión nuclear, cuyo desarrollo ampliará enormemente las capacidades del país para operar en mares más allá de sus aguas territoriales.
Las autoridades persas han advertido en varias ocasiones que la Armada iraní vigila de cerca todos los movimientos de sumergibles y buques de guerra regionales y ajenos a la zona que se aproximan al Golfo Pérsico, donde reina la seguridad, debido a los ojos vigilantes de Irán.
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