Turquía planea probar los S-400, pese a la oposición de Estados Unidos tanto a la compra como a la puesta en servicio de estos sistemas antimisiles rusos.
Las Fuerzas Armadas de Turquía desplegaron el martes varias baterías del sistema antiaéreos ruso S-400 Triumph en la región del mar Negro para realizar ejercicios militares, informó el periodista turco Ragip Soylu en su cuenta de Twitter.Un vídeo publicado en las redes sociales muestra el momento en que varios convoyes, con baterías del S-400, se dirigen hacia la provincia de Sinop, en el norte de Turquía.
El Ejército turco publicó previamente un comunicado, en que había informado que el espacio aéreo sobre Sinop estaría cerrado durante 10 días (entre el 5 y el 16 de octubre) para realizar maniobras militares. Según diferentes informes, estos simulacros se realizarán bajo la supervisión directa del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
No es la primera prueba que Turquía realizará ensayos con los sistemas de misiles S-400, pues ya fueron utilizados en varios simulacros a principios de agosto, junto con las fuerzas azerbaiyanas, cerca de la frontera con Armenia.
La noticia ha preocupado a Estados Unidos y sus aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). “Estamos al tanto de esas informaciones. Seguimos oponiéndonos a la compra de los sistemas de defensa aérea S-400 por Turquía y estamos preocupados profundamente por las informaciones de que Turquía continúa esfuerzos para poner en servicio los S-400”, comentó a la agencia rusa de noticias Sputnik, un representante del Departamento de Estado estadounidense, que pidió permanecer en anonimato.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, en su reciente visita oficial a Turquía, volvió a expresar a las autoridades turcas la preocupación del bloque militar por las consecuencias de la adquisición de los S-400 rusos por Ankara.
“Es una decisión nacional que le compete a Turquía, pero los S-400 no pueden integrarse en el sistema de defensa antimisiles de la OTAN. Urjo a Turquía a trabajar con los aliados para encontrar una solución alternativa”, aseveró.
Desde 2018, EEUU ha presentado una serie de proyectos de ley diseñados para presionar al Gobierno turco para que cancelara la compra, incluida la eliminación de Turquía de la cadena de suministro de aviones de combate F-35, a pesar de los costos adicionales para el programa y los contribuyentes estadounidenses.
No obstante, Turquía ha hecho caso omiso a estas presiones, defendiendo su derecho inalienable de comprar sistemas antimisiles para aumentar sus capacidades de defensa.
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