En respuesta, la Fuerza Aérea de la isla desplegó sus fuerzas de patrullaje aéreo de combate, a fin de monitorear la situación en la parte suroeste de la zona de identificación de defensa aérea, ha informado este martes en un comunicado el Ministerio taiwanés de Defensa Nacional.
El contingente comprendía varios tipos de aviones militares, entre ellos 14 J-16 y seis J-11, así como bombarderos, indica la nota. La mayor maniobra de este tipo tuvo lugar en marzo, cuando China envió 25 aviones de combate a Taiwán.
Esta demostración de fuerza por parte de China se produce después de que los líderes del G7 emitieran el domingo una declaración, en la que instaron a una solución pacífica de los problemas de ambos lados del estrecho de Taiwán, y destacaran la importancia de la paz y la estabilidad.
A modo de reacción, el portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, ha dicho esta misma jornada que el G7 está “interfiriendo deliberadamente en los asuntos internos de China”. “La determinación de China a salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad y los intereses de desarrollo es inquebrantable”, ha aseverado.
Taiwán y China se separaron durante una guerra civil en 1949, pero China sigue reclamando esa isla como parte de su territorio; Taiwán se autogobierna desde entonces.
Desde la elección de la presidenta Tsai Ing-wen en 2016 en Taiwán, China ha incrementado la presión diplomática y militar sobre el gobierno taiwanés por su negativa a aceptar la insistencia de Pekín en que la isla sea considerada parte del territorio chino.
La gran mayoría de los taiwaneses rechaza la perspectiva de una unión política con China bajo el marco de “un país, dos sistemas”, utilizado para Hong Kong.
Desde el año pasado, China ha estado enviando aviones de combate a la isla casi a diario, en lo que ha dado en llamar una demostración de su seriedad para defender su soberanía nacional.
China y Taiwán viven una escalada de tensiones por distintos asuntos, entre ellos los esfuerzos separatistas de las autoridades taiwanesas, especialmente de la presidenta, que se opone al principio de una sola China, y el apoyo militar y político que recibe la isla de EE.UU.
Pekín considera a Taiwán parte inseparable de su territorio y enfatiza que las patrullas y maniobras, tanto aéreas como navales, cerca o dentro de la isla son necesarias para salvaguardar la soberanía y la integridad territorial de China.
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