La Fuerza Aérea de EEUU se quejó de los vuelos de estos viejos aviones soviéticos que pueden llevar ojivas nucleares, informa Rossíiskaia Gazeta.
Los vuelos intensivos de la Fuerza Aérea y la aviación naval de Rusia cerca de Alaska sacan de quicio a la aviación de combate estadounidense. Los estadounidenses tienen que mantener constantemente en alerta los cazas F-22 Raptor y ponerlos a volar durante largos periodos de tiempo, lo que cuesta mucho dinero a la Fuerza Aérea de EEUU, se quejó el ejército estadounidense. Mientras tanto, Rusia utiliza los Tu-95 turbohélices, que son económicos e ideales para hacer largas jornadas en el aire.
La intensidad de los vuelos de la aviación de combate de la Fuerza Aérea y la Armada rusas sobre el océano Pacífico ha alcanzado su nivel más alto desde el final de la Guerra Fría. Los bombarderos estratégicos Tu-95, los aviones antisubmarinos Tu-142 y otras aeronaves aparecen regularmente en la zona de los radares de defensa aérea estadounidenses desplegados en Alaska. Dado que la zona de identificación de defensa aérea es un espacio aéreo internacional, los aviones rusos están allí legalmente, pero la Fuerza Aérea de EEUU no puede ignorar su presencia cerca de sus fronteras, especialmente los Tu-95 que pueden llevar misiles de crucero con ojivas nucleares.
Debido a ellos tienen que poner en el aire los avanzados cazas F-22 Raptor, ubicados en la base aérea más septentrional de EEUU, Elmendorf-Richardson. Además, la preparación para el combate de los cazas en Alaska es la más alta del país -más del 50%- y su mantenimiento a este nivel también requiere mucho trabajo.
“Por el contrario, los aviones rusos, por ejemplo el Tu-95, tienen bajos costes de mantenimiento y son ideales para los vuelos largos. Permanecen durante horas en nuestra cobertura de radar”, se quejó el general de la Fuerza Aérea Glenn Vanherk, jefe del Mando Norte de las Fuerzas de Defensa Aérea de EEUU, según informa MilitaryWatch.
Los aviones rusos están demostrando su poderío militar, ensayando ataques con misiles y recopilando información. Los estadounidenses no pueden confiar en la ayuda de sus socios de la OTAN cerca de Alaska. En 2020, las Fuerzas Aéreas estadounidenses desplegaron cazas F-35 en Elmendorf-Richardson, pero su preparación para el combate deja mucho que desear. El grueso del trabajo de escolta ruso recae en el F-22, cuya hora de vuelo cuesta 44.000 dólares y la intensidad de la mano de obra de mantenimiento entre vuelos es la más alta de la aviación moderna: 30 horas-hombre por hora de vuelo.
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