La IA requiere de poder computacional y grandes cantidades de datos, además de científicos y técnicos calificados, pero sobre todo de una filosofía en la que todos estén dispuestos a aportar.
Hace un par de años leí un libro llamado AI Superpowers, escrito por Kai-Fu Lee, un pionero de la inteligencia artificial (IA), experto en asuntos chinos e inversionista de riesgo. Que ha ocupado cargos ejecutivos en Apple, luego en SGI, Microsoft y Google antes de crear su propia empresa, Sinovation Ventures.En el libro, el autor desarrolla una hipótesis en la que deja ver que en la carrera de la inteligencia artificial, China lleva la delantera por una razón: el tratamiento que se le da a los datos. Que se explica desde una de las perspectivas filosóficas que diferencia profundamente al occidente del oriente: en los países occidentales privilegiamos el bien individual y en los orientales el bien común. Por eso los datos, en esos países, sirven al bien común.
Para muestra, la vacunación contra el COVID-19 en el mundo. En una encuesta realizada por Ipsos a nivel global a finales del 2020, cuando estaban las grandes farmacéuticas en la carrera por ser los primeros que desarrollaran una vacuna contra el virus, la encuestadora publicó un estudio para determinar cuántas personas estarían dispuestas a vacunarse cuando la vacuna estuviera lista.
El 33 por ciento de los ciudadanos de Estados Unidos, líderes del bloque occidental, estarían en contra de vacunarse, en alguna o gran medida; en comparación con el 3 por ciento de los ciudadanos chinos, líderes del bloque oriental, que estarían en la misma posición.
La IA es una tecnología que requiere de poder computacional y grandes cantidades de datos, además de científicos y técnicos altamente calificados, pero sobre todo, requiere de una filosofía en la que todo el sistema esté dispuesto a aportar, en forma coordinada, lo necesario para desarrollar de la mejor manera posible la tecnología y tomar el liderazgo tecnológico mundial.
Según datos de la Organización para la Cooperación Económica y el Desarrollo, publicados en diciembre, el crecimiento económico de China contra Estados Unidos, comparando 2019, año prepandemia, contra 2021, Estados Unidos creció 2.0 por ciento contra 10.6 por ciento de crecimiento de China.
Parece haber una relación significativa entre la forma en la que se reaccionó a la pandemia, con las diferencias culturales que ya mencionamos y las inversiones en tecnología, tanto de transformación digital como de inteligencia artificial en las que ya venía haciendo el gigante asíatico desde hace varios años. Lo que es cierto es que este fenómeno ya se está trasladando al mundo empresarial.
El autor es fundador y presidente del Consejo de Metrics.
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