China, el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, ha estado buscando lograr un equilibrio entre alimentar los requisitos energéticos de su imparable crecimiento y los objetivos de reducción de emisiones, a lo que se suma ahora la búsqueda de alternativas al gas y petróleo. Es por eso que esta semana ha presentado un ambicioso proyecto que supondrá disparar la producción de hidrógeno verde con energías renovables, pero también apoyándose en la nuclear.
La Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma de China (NDRC) a confirmado en un comunicado que el país tiene como objetivo producir unas 200.000 toneladas de hidrógeno verde por año para 2025, y tener aproximadamente 50.000 vehículos impulsados por hidrógeno para esa fecha.
El hidrógeno verde es un gas producido por la electrólisis del agua utilizando fuentes de energía renovables, y se ha convertido en la gran esperanza para reducir la dependencia de fuentes fósiles que hasta ahora han ocupado una gran parte de sectores industriales o de climatización.
«El desarrollo del hidrógeno es un paso importante hacia la transición energética y un apoyo significativo para los objetivos de carbono neutralidad y pico de carbono de China«, dijo Wang Xiang, subdirector del Departamento de Alta Tecnología de la NDRC, en una conferencia de prensa.
Los objetivos son extremadamente ambiciosos ya que en la actualidad China produce 33 millones de toneladas de hidrógeno por año, la práctica totalidad procede del gas natural, y funciona principalmente un subproducto de los sectores industriales.
Según la declaración de las autoridades Chinas, el objetivo es establecer una industria de hidrógeno completa que abarque el transporte, el almacenamiento de energía y los sectores industriales, así como «mejorar significativamente» la proporción de hidrógeno verde en el consumo de energía en el país.
La pregunta es cómo producimos el hidrógeno de forma sostenible. ¿Con nuclear?
En teoría, el hidrógeno procedente de las térmicas de carbón se puede producir de forma sostenible si se aplican técnicas de captura y almacena del CO₂ producido en el proceso. El principal problema es que se trata de un método es complejo y muy caro, que además, de momento no logra capturar todo el CO₂ emitido.
En el caso de China la opción que están barajando a corto plazo será el de combinar energía nuclear con renovables, especialmente la hidroeléctrica. Las dos fuentes de energía de combustibles no fósiles más baratas del país.
Muchas regiones costeras de China están invirtiendo en la producción de hidrógeno verde a partir de excedentes de energía nuclear. Y hay movimientos para usar la energía nuclear para producir hidrógeno para sectores como el de la fabricación de acero.
El problema en este caso es que la expansión de la hidroeléctrica tiene un elevado coste económico, ambiental y social. Por ejemplo, la creación de las presas puede suponer el desplazamiento de cientos de miles de personas o el anegamiento de sus zonas de cultivo o trabajo. Unas preocupaciones que se suman a las relacionadas con la nuclear, sobre todo después del desastre de Fukushima, y más recientemente, las amenazas rusas a las instalaciones nucleares en Ucrania.
Pero la cuestión es que está claro que China quiere ser una potencia en producción de hidrógeno verde, y hará todo lo que esté en su mano para lograrlo y convertirse no solo en productor del vector, sino también exportador, a al vez que vendedor de la tecnología necesaria para sus producción, loa catalizadores.
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