“Para mí, este es el punto de enfoque: asegurar que hagamos todo lo que prometemos, en términos de brindarle a Taiwán la capacidad de defenderse”, indicó el martes el secretario estadounidense de Defensa, Lloyd Austin, en declaraciones ofrecidas durante una audiencia en el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes de EE.UU.
Ese mismo día, el Gobierno de EE.UU. aprobó una venta superior a 95 millones de dólares destinados a entrenamiento y equipo para respaldar el sistema de defensa aérea Patriot de Taiwán.
Mediante un comunicado emitido la misma jornada, la Agencia de Cooperación en Seguridad de Defensa anunció que la venta propuesta busca ayudar a mantener la densidad de misiles de Taiwán y asegurar la preparación de operaciones aéreas “ante las amenazas regionales”.
China considera a Taiwán una parte integrante de su territorio, por lo que rechaza cualquier intento que ponga en cuestión este principio y más cuando casi todos los países, incluido EE.UU., reconocen la soberanía china sobre el gobierno autónomo de la isla.
Ante tal coyuntura, Pekín ha aumentado en los últimos meses sus actividades militares cerca de Taiwán en rechazo a las políticas separatistas de la cúpula gobernante en Taipéi. Al respecto, insta a EE.UU. a que abandone los contactos diplomáticos y su apoyo militar a la isla; sin embargo, la Administración de Joe Biden ha prometido seguir brindando soporte a la isla.
En esta misma línea, el canciller chino, Wang Yi, ha subrayado recientemente que el único futuro de Taiwán pasa por la unificación con la China continental.
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