La propuesta del presidente ruso, Vladímir Putin, de crear en Turquía el mayor centro (o 'hub') gasístico para Europa cuenta con el apoyo de varios políticos y expertos tanto turcos como rusos. Putin compartió esta iniciativa con los participantes de un foro internacional en Moscú, en el que se pronunció el 12 de octubre, y al día siguiente con su par turco, Recep Tayyip Erdogan, durante una cumbre en Kazajistán.
Erdogan se ha comprometido a trabajar de manera conjunta en el proyecto y señaló que se lo podría desplegar en la región turca de Tracia, cerca de la frontera con Grecia.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, recordó el South Stream, que estaba en construcción hace una década y cuya capacidad se proyectaba en 63.000 millones de metros cúbicos al año. Este mismo volumen podría ser transportado a Europa a través de Turquía en caso de que exista suficiente demanda, sostuvo Novak en una entrevista con la agencia Anadolu.
Por su parte, el ministro de Energía turco, Fatih Donmez, recordó que su país ha realizado una gran cantidad de proyectos de infraestructura internacional similares y mencionó que la propuesta del presidente de Rusia resulta "técnicamente posible".
A su vez, el exrepresentante comercial turco en Rusia, Aydin Sezer, calificó la obra como "muy importante para Turquía". "Durante muchos años, Ankara no pudo cumplir su deseo de convertirse en un centro gasístico", afirmó. El economista considera que si el proyecto se realiza, Turquía debería no "solo estar ubicada a lo largo de la ruta del gasoducto", sino también ser "un país que comercie energía" y confía en que la propuesta sea "acogida positivamente".
Erdogan se ha comprometido a trabajar de manera conjunta en el proyecto y señaló que se lo podría desplegar en la región turca de Tracia, cerca de la frontera con Grecia.
El viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, recordó el South Stream, que estaba en construcción hace una década y cuya capacidad se proyectaba en 63.000 millones de metros cúbicos al año. Este mismo volumen podría ser transportado a Europa a través de Turquía en caso de que exista suficiente demanda, sostuvo Novak en una entrevista con la agencia Anadolu.
Por su parte, el ministro de Energía turco, Fatih Donmez, recordó que su país ha realizado una gran cantidad de proyectos de infraestructura internacional similares y mencionó que la propuesta del presidente de Rusia resulta "técnicamente posible".
A su vez, el exrepresentante comercial turco en Rusia, Aydin Sezer, calificó la obra como "muy importante para Turquía". "Durante muchos años, Ankara no pudo cumplir su deseo de convertirse en un centro gasístico", afirmó. El economista considera que si el proyecto se realiza, Turquía debería no "solo estar ubicada a lo largo de la ruta del gasoducto", sino también ser "un país que comercie energía" y confía en que la propuesta sea "acogida positivamente".
Más tuberías y nueva infraestructura
Analistas rusos también se han manifestado al respecto. El vicedirector del Instituto de Energía Nacional, Alexánder Frolov, señaló en declaraciones al periódico Izvestia que la viabilidad técnica es una ventaja.
"Dado que Turkish Stream y Nord Stream 2 surgieron sobre los 'escombros' del proyecto South Stream, la tarea resulta aún más fácil", opinó Frolov. "Es que parte de la infraestructura que debía proveer suministros por el South Stream fue construida, otra parte se puso en servicio y bombea en el Turkish Stream, y otra parte no se construyó completamente, pero se puede completar".
El director de Energía del Instituto de Energía y Finanzas, Alexéi Grómov, dijo al periódico digital Vzgliad que el desarrollo del centro gasístico requerirá una nueva infraestructura en el mar Negro y recordó que de las dos líneas de Turkish Stream, con una capacidad anual de transportar 32.000 millones de metros cúbicos, una abastece a Turquía y la otra a Europa.
Según Grómov, la idea implicaría tender más gasoductos por el fondo del mar Negro, a lo largo de las rutas existentes. Moscú vendería todo el gas que pasa por las nuevas tuberías a Ankara para que esta negocie con compradores europeos y les revenda el hidrocarburo con un margen de ganancia.
"Gas turco de origen ruso"
El experto principal del Fondo Nacional de Seguridad Energética, Ígor Yushkov, apuesta por la íntegra venta del gas a Turquía, desde donde se distribuiría a comerciantes locales con contratos a largo plazo y, a su vez, estos lo revenderían, en particular, a los europeos. "Otra opción –sugiere– es que Turquía establezca su propia bolsa electrónica de gas, adonde las empresas europeas podrían ir y comprar gas turco de origen ruso".
Todos estos escenarios implican crear una megadistribuidora en suelo turco y que Rusia acepte compartir ganancias con Turquía para aumentar las exportaciones hacia el oeste.
"Turquía ya se ha convertido en un importante país de tránsito de gas hacia Europa", reconoce Yushkov, considerando que transporta tanto el gas ruso como el azerí. Sin embargo, para convertirse en un 'hub' como el de Austria, la materia prima deberá cambiar de propietario, destaca el experto.
¿Puede que no funcione?
Yushkov estima que el proyecto es arriesgado para Rusia porque si lo construye por su cuenta, "puede que no funcione", que no se recuperen las inversiones. La pregunta clave, a su juicio, es si los europeos estarán dispuestos a comprar gas de origen ruso.
En un intento de reducir radicalmente su dependencia del gas ruso en dos o tres años, la Unión Europea está a punto de rescindir los contratos a largo plazo con Gazprom, que le garantizaban mejores precios que los que ofrece el mercado al contado.
Para Yushkov existe el riesgo de crear un monopolio que podría dictar precios y condiciones a Gazprom. Sin embargo, para Ankara también es arriesgado si acepta, según el analista.
Finalmente, Frolov considera que la cuestión principal es "si los socios europeos están listos para este desarrollo, si las empresas europeas están dispuestas a defender sus intereses". El experto entiende que los europeos están interesados en seguir comprando el gas ruso, pero duda si podrán defender esos intereses frente a la Comisión Europea.
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