Robert O'Brien, asesor de Seguridad Nacional del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, alertó el miércoles a China sobre “cualquier intento” para recuperar a Taiwán “a la fuerza”, aunque confesó al mismo tiempo que hay “muchas ambigüedades” sobre cómo respondería a EE.UU. frente a ese escenario.
EE.UU., de hecho, no sabe si intervenir o no para “proteger” a Taiwán ante China, mientras Pekín ha realizado un refuerzo naval sin precedentes desde la Primera Guerra Mundial (1914-1918), afirmó O'Brien en un foro celebrado en la Universidad de Nevada en Las Vegas.
“No es una tarea fácil y también hay mucha ambigüedad sobre lo que Estados Unidos haría en respuesta”, indicó el asesor de la Casa Blanca.
Ante tal coyuntura, O'Brien exigió a Taiwán que gaste más en “su defensa propia” y que realice reformas militares para “disuadir” a Pekín y alertarle sobre “los riesgos de intentar una invasión”.
Taiwán, de acuerdo con el alto funcionario estadounidense, necesita convertirse en “un puercoespín” en el ámbito militar. “Los leones generalmente no quieren comer a los puercoespines”, insistió O'Brien.
El opositor partido taiwanés Kuomintang (KMT) presentó el martes dos proyectos de ley que buscan la injerencia de EE.UU. en la relación de la isla con China y el restablecimiento de relaciones diplomáticas con el país norteamericano. Medios de prensa chinos advierten a Taiwán que cualquier intento de establecer relaciones diplomáticas con EE.UU. solo hará que se acelere la reunificación.
En el mismo sentido, distintos expertos, a su vez, alertan que Pekín podría verse obligado a dar el primer paso por la mayor presencia de EE.UU. en Taiwán.
China y Taiwán; una disputa de más de 60 años
Para entender la situación de China y Taiwán, hay que remontarse al inicio de la guerra entre el entonces gobernante Partido Nacionalista Chino o Kuomingtang (al que pertenecía Ma Ying-jeou, presidente de Taiwán hasta 2016) y el Partido Comunista, del actual presidente chino, Xi Jinping.
Habían pasado 15 años desde la abdicación del último emperador y luego de años de combates —interrumpidos durante una década por causa de la invasión japonesa de 1936— los comunistas, liderados por Mao Zedong, terminaron haciéndose con el control de la mayoría del territorio.
El conflicto terminó oficialmente en 1950, luego de más de 20 años de combates, pero, en cierto sentido, la guerra civil china todavía no ha terminado, pues, tanto Pekín como Taipéi se ven a sí mismos como los herederos del gobierno legítimo de China.
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