Rusia anunció el martes el comienzo de la segunda fase de su “operación militar especial” en Ucrania, cuyo último avance ha sido la liberación de la ciudad estratégica de Mariúpol (sureste) de los extremistas ucranianos, según informa la Defensa rusa.
“Desde el comienzo de la segunda fase de la operación especial [...] una de las tareas del Ejército ruso es establecer el control total sobre el Donbás [este] y el sur de Ucrania”, ha señalado este viernes el comandante ruso en funciones del Distrito Militar Central, Rustam Minnekáev.
En el contexto de la segunda etapa del operativo ruso, según ha pormenorizado el comandante ruso, las Fuerzas Armadas del país euroasiático planean establecer un corredor terrestre entre la península de Crimea, que se anexó en 2014 a Rusia en el marco de un referéndum popular, y la región de Donbás, donde se ubican las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, cuyos líderes pidieron en febrero el apoyo de Moscú ante las hostilidades de Kiev.
Es más, ha subrayo que tomar el control del sur de Ucrania mejoraría el acceso ruso a la región de Transnistria, en Moldavia, donde “hay casos de opresión contra la población de habla rusa”, puntualiza Minnekáev.
Esto mientras, Ucrania, por su parte, amenazó el jueves con la destrucción del puente ruso de 19 kilómetros, construido en el disputado estrecho de Kerch, que une Crimea con la parte continental de Rusia para impedir los avances de las Fuerzas rusas 58 días después del inicio de la operación en Ucrania.
¿Qué persigue el operativo de Rusia en Ucrania?
El pasado 29 de marzo, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que da por cumplido el objetivo esencial de la primera fase de la operación, que era mermar la capacidad bélica de Ucrania.
El Gobierno ruso en reiteradas ocasiones ha dejado claro que sus ataques militares no están dirigidos contra los civiles, sino que buscan la “desmilitarización” y la “desnazificación” de Ucrania, presidido por el pro-Occidente, Vlodimir Zelenski.
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