La caída de ayer y la tendencia bajista en el año sólo reflejan los temores de los inversionistas ante un periodo que se ha extendido mucho más de lo esperado.
El mundo vive la crisis más prolongada después de la Gran Depresión, está en graves problemas desde el año 2020 y todo indica que así seguirá por un tiempo. Este factor se refleja claramente en indicadores clave como las bolsas de valores.Wall Street volvió a desplomarse ayer miércoles, los principales indicadores cayeron víctimas de los temores de recesión que azotan a la mayor economía del planeta, la de Estados Unidos, y con ella al resto del mundo.
Lo anterior, un día después de que el propio presidente del Banco de la Reserva Federal (Fed) dijera que harían lo que fuera necesario para abatir la inflación, que en el caso estadounidense está en sus niveles más altos en 4 décadas.
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El punto es que esa lucha contra la inflación traerá más ajustes alcistas de tasas de interés, hasta el nivel que sea necesario también lo advirtió el martes Jerome Powell, y esos incrementos en tasas podrían generar primero una desaceleración, tímidamente también aceptada por el jefe de la Reserva Federal, y eventualmente una nueva recesión, negada por Powell, pero temida por los mercados.
Corrección en Wall Street estaría cerca del punto final
En este contexto, el año pasado los analistas que esperaban una corrección en Wall Street señalaban que ésta sería de entre 10 y máximo 20 por ciento y que se presentaría en la primera mitad de este año.
Pues bien, la corrección estaría cerca de finalizar a juzgar por las cifras. El Dow Jones ha caído en lo que va del año 13.34 por ciento; por su parte el S&P500 lleva una corrección acumulada de 17.67 por ciento al día de ayer, mientras que el Nasdaq acumula un desplome correctivo de 27.01 por ciento. En promedio, Wall Street acumula una caída de 19.34 por ciento, si atendemos esta última cifra, podríamos hablar de que el ajuste bajista, la corrección, estaría cerca de terminar, por supuesto siempre y cuando sólo se trate de eso, de una corrección.
Pero hay un problema que Jerome Powell explicó el martes en su entrevista con el diario Wall Street Journal: existe un factor que también es esencial para los movimientos que hemos visto en los mercados de valores y para la narrativa con la que operan todos los días los inversionistas alrededor del mundo.
El mundo vive su crisis más prolongada desde la Gran Depresión
La crisis que estalló en octubre de 2008, la crisis subprime, se terminó a mediados del año siguiente; los bancos centrales reaccionaron a tiempo con shots de liquidez que diluyeron poco a poco los temores de lo que en ese momento se temía era la mayor crisis después de la Gran Depresión.
Otros periodos posteriores de crisis han durado poco, o son menos globales, pensemos por ejemplo en la crisis de las divisas asiáticas registrada entre 1997 y 1998, o la Primavera Árabe entre 2010 y 2012, focalizada en esa parte del mundo.
El problema es que la crisis actual es global y multifactorial; el propio presidente de la Fed la calificó el martes como sui-géneris al señalar que son varios los factores que la alimentan, Pero, no es solamente la fuente de la que se abreva, sino el tiempo en el que el mundo entró en crisis. En marzo pasado se cumplieron dos años del suceso que, hoy podemos decir, inauguró la crisis, es decir el Gran Confinamiento.
Para efectos prácticos, la economía global cumplirá el viernes 26 meses en graves problemas, desde que se decretó el confinamiento mundial y la paralización de las actividades económicas, unas antes otras quizás un poco después.
Un mundo en crisis permanente durante más de dos años y con un horizonte en el que no se observa cuándo terminará, es el escenario ideal para que los mercados de valores colapsen, hasta ahora no lo han hecho por completo, pero lo cierto es que la bolsa de valores de Nueva York ha corregido significativamente y cada vez crecen más los temores, con niveles de volatilidad exacerbados.
Esta crisis no sólo es la más fuerte desde la Gran Depresión, sino que también resulta ser la más prolongada desde dicha época, no hay duda.
La palabra sui-géneris con la que la calificó Powell lo dice todo, ninguna persona de las generaciones que hoy estamos vivas en el planeta habíamos visto algo similar en tiempos de paz, por supuesto sabemos que la guerra es diferente, pero incluso el conflicto bélico ya forma parte de los muchos factores que alimentan la crisis y que la convierte en la más prolongada de los últimos 90 años.
¿Hacia dónde vamos? Justo esa es la gran pregunta en el mundo de las inversiones y en el planeta en general. Un día los inversionistas confían en la Fed y en su presidente Jerome Powell, pero al día siguiente el temor los invade y generan desplomes bursátiles como los observados este “miércoles negro”, sobre todo porque más allá del rumbo, parece que este 2022, que en breve entrará en la recta final de su primera mitad, está condenado a ser también un año de crisis.
El mundo vive su crisis más prolongada desde la Gran Depresión, y Wall Street lo sabe - Alto Nivel
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