Rusia corta suministro de gas a Alemania, Dinamarca y Holanda.
En
una creciente espiral de tensiones, Rusia acaba de cortar el suministro
del gas a Alemania (principal economía europea), Holanda y Dinamarca;
con esto Rusia golpea directamente en el corazón industrial de la unión
europea, pues estos tres países, más Francia e Italia, configuran el
motor industrial de toda Europa, así como su corazón económico; con
ello, Rusia lanza un claro mensaje a los líderes europeos luego que
estos amenazaran con vetar el petróleo ruso.
Por qué recordemos
que ayer mismo el consejo europeo aprobaba un embargo parcial al
petróleo ruso; además de que confirmaron que no estaban dispuestos a
ceder ante Vladimir Putin y que no pagarían el gas ruso en rublos,
provocando con ello el corte inmediato del suministro del gas hacia esos
países hostiles.
Ahora mismo el pánico recorre los pasillos del
edificio de gobierno de Bruselas, pues ante el corte del suministro del
gas, a Europa le espera un duro invierno, además de un parón económico y
productivo en las próximas semanas y meses; porque, aunque tengan
ciertas reservas de gas, este no les alcanzará más que para tres o cinco
meses, inclusive menos en el caso de algunos países.
Recordemos
que en días pasados los directores ejecutivos de muchas importantes
empresas europeas, como es el caso de la empresa química más grande del
mundo, la alemana BASF, habían advertido que en caso de detenerse el
suministro de gas ruso, la empresa se vería obligada a cerrar sus
puertas, pues sin el gas casi todos sus productos son imposibles de
fabricar; pero así como la empresa BASF se verá obligada a cerrar, tras
de ella vendrán muchas más empresas, pues todo el sistema productivo
está interrelacionado, y si cae uno, caen los demás; porque al no haber
productos químicos que la empresa alemana actualmente suministra, todas
las demás empresas que dependan de ellos, también cerrarán, y, a su
vez, las que dependan de estas últimas también se verán obligadas a
cerrar, provocando una crisis en cadena que afectará a toda la economía
europea, y hasta a la misma economía mundial también.
Actualmente
el mundo se enfrenta a una crisis de alimentos, sobre todo de ciertos
productos, productos tales como el trigo, maíz y aceite de cocina,
situación de la cual es acusada Rusia, pues la prensa y gobiernos
occidentales así lo declaran; sin embargo, lo que no dicen, es que los
países de la misma unión europea están acaparando el trigo y aceite de
girasol ucranianos, productos que se envían a varios estados miembros de
la unión europea como pago por las armas transferidas a ucrania.
Y
así como sucede con los productos agrícolas de ucrania, otro tanto
podemos decir de la producción industrial en Europa; es decir, así como
acusan a Rusia de la escasez de ciertos alimentos, ahora también
acusarán a Rusia de ser la culpable del desplome industrial de la unión
europea, cuando los únicos culpables son ellos mismos al rechazar el
gas, petróleo y carbón rusos, porque Rusia está en toda la disposición
de vendérselos, pero estos no los quieren pagar en rublos, tal como lo
pide el Kremlin. Los europeos lo que quieren es seguirlos pagando en
euros y dólares, para así tener la oportunidad de volver a robar el
dinero a Rusia, tal como hace unos meses lo hicieron so pretexto de la
guerra en ucrania. Sin embargo, lo que realmente está en juego es una
guerra de divisas.
Así es, todo esto solo se trata de una
guerra abierta y total contra la economía rusa, así como contra el rublo
ruso; pues los europeos, y sus amos estadounidenses, saben
perfectamente bien que, si acceden a pagar los productos rusos solo en
rublos estarían fortaleciendo a la moneda rusa y, al mismo tiempo,
debilitando al mismo euro y al dólar estadounidense; de ahí el por qué
se niegan rotundamente a pagar en rublos, sobre todo por su amo
estadounidense que así se los exige. De esta manera, al debilitar la
moneda rusa, también estarían debilitando la economía rusa; no obstante,
el tiro les salió por la culata y los principales perjudicados son
ahora ellos mismos.
Pero esta situación, la exigencia de pagar
solo en rublos, es una situación provocada por los mismos enemigos de
Rusia, es decir, por EEUU, la Unión Europea y demás aliados, pues al
robar las reservas de divisas extranjeras rusas depositadas en sus
respectivos bancos, solo provocaron la ira del oso ruso y ahora éste
solo acepta pagos en rublos, porque, de otra forma, se arriesgaría a que
le vuelvan a hacer lo mismo, es decir, a robarle su dinero.
Además,
así como los europeos y estadounidenses quieren debilitar al rublo, de
igual manera Rusia quiere debilitar al dólar y al euro; y vaya que lo
está consiguiendo, devaluándolos hasta en un 120% con respecto a la
moneda rusa.
Así que, esta guerra no solo es una guerra militar,
sino que, lo que es aún más importante, se trata de una guerra
económica y financiera; guerra de la cual Rusia está saliendo muy bien
librada, mientras que los estadounidenses y europeos la están pasando
muy mal, con una inflación no vista en más de 41 años, y con un dólar y
un euro enormemente debilitados, perdiendo más de la mitad de su valor
con respecto al rublo.
Europa se encamina al mismísimo infierno,
pues al rechazar el gas ruso expone a toda su economía a un auténtico
enfrenón de pronóstico reservado; y si el banco de España prevé una
desaceleración económica de tan solo el 4,2% debido a la falta de la
energía rusa, la realidad es que esa desaceleración económica será del
10%, o inclusive más. Por mientras, la unión europea ya anticipó que
reducirá las importaciones de petróleo ruso hasta en un 90% a finales
del presente año.
Pero lo que va a pasar, es que Europa se
quedará sin gas, ni petróleo ruso, por lo que condicionará a su economía
a una era de escasez jamás vista, situación que ya se está comenzando a
notar, pero que ahora con este corte del suministro del gas a Alemania,
Dinamarca y Holanda, el proceso se está acelerando de forma dramática, y
en tan solo unas semanas se comenzarán a ver verdaderos estragos en la
economía europea.
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