“Muchos años de errores en la política económica de los países occidentales y las sanciones ilegítimas han provocado una oleada de inflación mundial, la ruptura de las cadenas de suministro y producción habituales, un brusco aumento de la pobreza y una escasez de alimentos”, tal cual ha culpado el presidente ruso, Vladimir Putin, este lunes a Occidente por la inflación mundial sin precedente y la batalla global contra la pobreza.
En declaraciones ofrecidas de cara al 25.º Foro Económico Internacional de San Petersburgo que tendrá lugar entre el 15 y 18 de junio, ha asegurado que, a lo contrario del Occidente, Rusia vive un período de “fortalecimiento de la soberanía económica” y está en camino hacia un desarrollo acelerado de su propia infraestructura y base tecnológica, un aumento cualitativo del nivel de formación de especialistas, así como la formación de un sistema financiero independiente y eficiente. “Los retos van acompañados de oportunidades”, ha manifestado.
De igual manera, el mandatario ruso ha enfatizado que la economía de su país se basará cada vez más en la iniciativa “privada”, a pesar de que Rusia mantendrá su política de apertura y amplia cooperación internacional.
Asimismo, el presidente del país euroasiática ha destacado la importancia de estimular el comercio y las inversiones, promover el desarrollo conjunto de las tecnologías, fortalecer los mercados financieros y bursátiles y aumentar las transacciones en moneda nacional, así como introducir y desarrollar modelos de integración mutuamente beneficiosos.
El Foro Económico Internacional de San Petersburgo es un acontecimiento único en el mundo de la economía y de los negocios que se celebra desde 1997, y desde 2006 se organiza con el patrocinio y la participación del presidente de la Federación de Rusia.
Rusia apunta dedo acusador hacia Occidente
El evento coincide con la pandemia de COVID-19 y la operación rusa en Ucrania, que han fomentado un ciclo de precios al alza, amenazando con provocar frenazos económicos, malestar social y quiebras de países frágiles.
“Casi 200 millones de personas en 53 países en 2021 pasaron a una situación diaria de hambre aguda, lo que supone un incremento de 40 millones de personas en solo doce meses. Esta guerra agravará aún más el escenario”, indicó a finales de mayo Maurizio Martina, subdirector de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
A su vez, Rusia apunta el dedo acusador hacia las sanciones y las medidas restrictivas del Occidente en su contra, las que buscan castigar al Kremlin por el lanzamiento de la operación rusa en Ucrania, dejando claro que tales medidas tendrán graves repercusiones en otros países y provocarán una crisis alimentaria y económica en el mundo. “Ahora buscan a quién culpar y en esta situación, el candidato más cómodo es Rusia”, había denunciado Putin.
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