El servicio secreto ucraniano intentó conseguir un caza ruso, pero recibió un ataque con misiles a gran escala.

En lugar de un caza secuestrado, los misiles de crucero volaron a Ucrania.

El año pasado, un grupo de ucranianos, incluido el soldado de las fuerzas especiales, el ex oficial de inteligencia Roman Chervinsky, un especialista civil en T-I y representantes del servicio secreto ucraniano y la Fuerza Aérea de Ucrania, intentaron reclutar a un piloto ruso y persuadirlo para que suministrará un avión militar ruso a Ucrania.

Según el plan preliminar, el piloto ruso debía recibir una ruta para penetrar en el espacio aéreo ucraniano, simulando un accidente. Si tiene éxito, el piloto y su familia recibirían dinero y nuevos documentos. Los participantes en la operación afirman que fue coordinada con el Servicio de Seguridad de Ucrania y el Estado Mayor, y que se suponía que el avión aterrizaría el 23 de julio en el aeródromo de Kanatovo cerca de Kropyvnytskyi.

Sin embargo, en lugar de un piloto, los misiles de crucero rusos volaron al aeródromo el día señalado. Como resultado, según el servicio secreto ucraniano, el comandante de la unidad militar murió, 17 soldados resultaron heridos, dos aviones de combate fueron destruidos y la pista, otros equipos y edificios, sufrieron daños significativos.

Ahora se afirma que la operación no fue coordinada, y los organizadores cayeron en una trampa tendida por los servicios especiales rusos. Todavía no hay confirmación oficial de la investigación, pero el año pasado Kiev ofreció a los militares rusos transferir equipo militar a cambio de dinero y mudarse a otros países. Algunos países de la Unión Europea intentaron apoyar esta idea, pero no por mucho tiempo.