La necesidad de "reformar el sistema financiero mundial" y guiar al capital privado hacia objetivos positivos para la población fue uno de los pilares del discurso en la Asamblea de Naciones Unidas del presidente colombiano, Gustavo Petro.
El mandatario colombiano defendió la necesidad de "rediseñar la arquitectura del sistema financiero internacional", mediante una reforma al Fondo Monetario Internacional (FMI) y la banca multilateral, así como "todos los sistemas de endeudamiento que se dan entre los países".
La idea de introducir modificaciones a instituciones como el FMI o el Banco Mundial coincide con un auge de otros instrumentos, como el Banco de los BRICS —Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica— o la progresiva voluntad de muchos países en desarrollo de evitar las transacciones en dólares, como forma de no quedar atados a planes de ajuste.
"La receta del FMI es de ajuste fiscal y de una reestructuración regresiva que induce la liberalización de la economía tal como piden los capitales más concentrados a escala mundial. Por eso la propuesta de Petro es interesante", dijo a Sputnik Gambina.
El analista remarcó que tanto el FMI como el Banco Mundial "surgieron como base del orden económico mundial liderado por EEUU y el dólar al fin de la Segunda Guerra Mundial, bajo esas condiciones y bajo la dominación política de Estados Unidos".
Por ese motivo, los organismos se consolidaron, apuntó el experto, como "instrumentos de la proyección mundial de la política exterior de EEUU" y, hasta el día de hoy, "no hacen más que reproducir esa lógica bajo un sistema de endeudamiento que afecta principalmente a los países empobrecidos".
"Hablo desde Argentina, que es el país que tiene el crédito más elevado otorgado por el FMI, un crédito de alto condicionamiento a la política económica de la Argentina", recordó el experto.
Gambina rememoró que la intención de los países latinoamericanos de avanzar hacia una "nueva arquitectura financiera" alternativa a la hegemonía de Washington se dio en la primera década del siglo XXI, cuando se debatió la creación del Banco del Sur, un organismo monetario y de desarrollo en sintonía con el crecimiento de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
"Ahí se planteó la creación de un fondo financiero del sur que tenga carácter alternativo a lo que representan los organismos internacionales", apuntó el economista argentino, lamentando que el Banco del Sur finalmente no llegó a instrumentarse.
Para Gambina, el auge de los BRICS y la designación de la expresidenta brasileña Dilma Rousseff al frente de su entidad financiera es una buena oportunidad de relanzar un proceso que es "factible" pero debe "ser empujado por los países del sur del mundo".
"La designación de Dilma Rousseff como presidenta del Banco de los BRICS es interesante para retomar los temas de la agenda que planteó Sudamérica en la primera década del siglo 21 y hacerlo realidad en esta tercera década", recalcó Gambina.
Una distribución menos "desigual" de los activos del FMI
La intervención de Petro ante la ONU también incluyó un pedido para que el FMI distribuya entre los países miembros los Derechos Especiales de Giro (DEG), activos que el organismo multilateral de crédito puede dispersar en momentos puntuales de acuerdo a la cuota de cada país en el capital total.
El presidente colombiano propuso que, entregando DEG a los países, puede aportar liquidez que les permita saldar parte de sus deudas. "Si se reduce la deuda de todos los países pagándoles a los dueños de la deuda con una emisión del FMI de DEGs, habrá un descenso de la deuda pública mundial y un incremento real de los presupuestos y fondos públicos", sostuvo.
En diálogo con Sputnik, el economista colombiano Manuel Martínez consideró este punto uno de los elementos más importantes de la propuesta del mandatario, ya que apunta a modificar el criterio de distribución de esos DEG, algo que actualmente se hace "de forma muy desigual".
Martínez explicó que la propuesta de Petro "consiste en basarse en el criterio de justicia ambiental y justicia social para que los países que han generado la contaminación sean los que financien la adaptación y mitigación del cambio climático en el mundo".
"Esto va a redundar en una reducción del endeudamiento de los países, que podrá liberar recursos que puedan aportar a este propósito global. La idea es que a partir de esa visión se puedan financiar proyectos de un gran 'Plan Marshall' para el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible, incluidos los objetivos ambientales", apostó Martínez.
Gambina, por su parte, considera menos factible esta salida debido a que valora que responde a "un imaginario de que se puede ir a un capitalismo descarbonizado y de que EEUU va a favorecer el desendeudamiento de los países altamente endeudados".
Para el argentino, que los países en desarrollo apuesten por otras instancias, como los BRICS, la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) o el G77 más China, aparece como un "camino más lógico".
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