China tiene ahora dos tecnologías que, según algunos expertos militares norteamericanos, pueden neutralizar completamente a los superportaaviones de la armada de los EEUU
La combinación de dos nuevas tecnologías chinas tiene el potencial de neutralizar completamente a los superportaaviones norteamericanos, símbolos de la supremacía militar estadounidense desde el final de la Segunda Guerra Mundial. De hecho, si estas tecnologías funcionan como China dice, Taiwan no podrá contar con el apoyo de los escuadrones de la US Navy en una previsible invasión de su vecino continental.
Es lo que afirma Timothy Heath — investigador internacional senior de la RAND Corporation, uno de los más prestigiosos ‘think tanks’ al servicio de las fuerzas armadas de los EEUU — en la publicación de análisis militar y geoestratégico Task & Purpose. Según Heath, si estas tecnologías funcionan como afirman los estudios chinos, la única esperanza que tenía un portaaviones estadounidense para sobrevivir a una batalla cerca de Taiwán habría desaparecido.
Qué ha cambiado
Esa única esperanza era esconderse de los sensores chinos que pueden ponerle en el punto de mira de armas extremadamente difíciles de interceptar. Esa posibilidad ha desaparecido gracias a la tecnología de inteligencia artificial con la que China pueden ahora localizar y seguir en tiempo real a los portaaviones por todo el globo terráqueo.
Es algo de lo que ya hemos hablado en las páginas de Novaceno: según un grupo de investigadores militares del país asiático,un nuevo sistema de inteligencia artificial cargado en un satélite espía pudo identificar y seguir al USS Harry S. Truman incluso a través de densas nubes. La tecnología fue probada con éxito rotundo el pasado mes de junio, dice un estudio publicado en un diario científico chino revisado por pares ‘Journal Spacecraft Engineering’.
Heath afirma que, hasta ahora, el ejército comunista tenía que analizar decenas de miles de fotografías para poder localizar los diferentes grupos de portaaviones de los EEUU. El proceso tomaba tanto tiempo que, cuando habían terminado, los portaaviones ya estaban en otro lugar. Ahora pueden hacerlo en tiempo real, aseguran, y este laborioso análisis ya no será necesario. La información de localización se transmite en tiempo real.
Según Heath, una vez tienes esa información, China podrá lanzar misiles crucero de largo alcance — hasta 2.500 kilómetros — para hundir a estos barcos enormes. Algo que no sólo investigado y desarrollado sino que también han puesto a prueba ensayando el ‘tiro al portaaviones’, disparando contra barcos a escala real en grandes polígonos de prácticas situados en los desiertos del este del país.
El analista de RAND opina que todo esto es algo que ya preveían. Desgraciadamente para los EEUU, afirma, los días de estos titanes del mar están contados. El uso de inteligencia artificial, satélites espías y otros sensores a nivel planetario han cambiando ya la guerra del futuro: "Creo que todos entendemos que el futuro campo de batalla va a ser muy transparente en el sentido de que la proliferación de satélites e IA [inteligencia artificial] hará que sea cada vez más difícil que los principales buques combatientes (como un portaaviones) se escondan”.
¿El fin de una era?
Esto hará que estas naves sean inútiles aunque se posicionen fuera del rango de los misiles crucero de largo alcance, afirma Heath y muchos de sus colegas. A esa distancia, los escuadrones de ataque de los portaaviones no serán efectivos, requiriendo de repostaje para poder llegar a la zona de batalla. Además, con las nuevas tecnologías de planeadores hipersónicos de alcance prácticamente ilimitado, la distancia dejará de importar dentro de muy poco. Esa es la segunda tecnología que — junto la localización y seguimiento del blanco gracias a la IA — pondrá el último clavo en el ataúd de los portaaviones.
Hay otros expertos — principalmente altos mandos de la US Navy y los capitanes de estos portaaviones — que están en desacuerdo con aquellos que, como Heath, afirman que los portaaviones no tienen mucha vida por delante y que los Estados Unidos deberían invertir en submarinos nucleares. Su argumento es que los chinos no serán capaces de actualizar las posiciones de los portaaviones con la suficiente velocidad y exactitud para poder dar en el blanco a larga distancia. Por si acaso, sin embargo, estos expertos argumentan que, en caso de invasión de Taiwán, habrá que posicionar estas plataformas de combate lo suficientemente lejos para estar a salvo de posibles ataques.
Dicho todo esto, resulta irónico que China continúe invirtiendo miles de millones de dólares en construir una gran flota de portaaviones similar a los norteamericanos. Quizás sea cierto que — como ya se ha augurado otras veces — los días del portaaviones estén contados. Pero parece que todavía queda algo de tiempo para que llegue ese casi inevitable futuro.
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