“Como se sabe, Ucrania cedió su potencial nuclear tras la suscripción del Memorándum de Budapest en 1994. Hoy, los rusos y algunos más dicen que no eran garantías, pero todo el mundo entendía en aquel entonces que Ucrania sería un país independiente dentro de las fronteras establecidas desde la época soviética”, señaló el sábado Radoslaw Sikorski, diputado polaco del Parlamento de la Unión Europea (UE), quien también se desempeñó como canciller (2007-2014) y presidente del Parlamento de su país (2014-2015).
Durante una entrevista con el canal ucraniano de televisión Espreso TV, Sikorski acusó a Rusia de violar el Memorándum de Budapest sobre Garantías de Seguridad, considerando que “Occidente tendría derecho a regalar a Ucrania ojivas nucleares para defender su independencia”.
Este domingo, Sikorski ha reiterado su posición, acusando al presidente ruso, Vladimir Putin, de amenazar a Ucrania con armas nucleares y argumentado que Occidente debe “disuadirlo”. Esto, mientras que Rusia ha dejado claro en repetidas ocasiones que no tiene la intención de utilizar dichas armas en Ucrania.
Moscú acusa a políticos polacos de poner en vilo el planeta
Por su parte, la portavoz del Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, María Zajárova, ha condenado este mismo domingo la sugerencia formulada por Sikorski de “regalar” a Kiev ojivas nucleares, acusando a los políticos polacos de “mostrar ideologías extremistas, difundir el odio, desencadenar conflictos y amenazar al planeta vulnerando el Tratado de No Proliferación (TNP) Nuclear.
“Pero, lo más importante es que ponen en peligro al pueblo polaco, arrastrándolo a un reparto nuclear del mundo”, ha señalado Zajárova en Telegram.
El Memorándum de Budapest fue firmado por Ucrania, Rusia, EE.UU. y el Reino Unido el 5 de diciembre de 1994, el cual ofrecía garantías de seguridad con respecto a la adhesión de Ucrania al Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear.
De hecho, tras el colapso de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Ucrania heredó el tercer arsenal nuclear más grande después de EE.UU. y Rusia. Pero, tras firmar el tratado, Ucrania lo destruyó. A posteriori, Moscú, Washington y Londres se comprometieron a garantizar su seguridad.
Mientras tanto, el pasado febrero, días antes del inicio de la operación especial militar de Rusia en Ucrania, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, amenazó con reconsiderar la renuncia de Kiev a la posesión de armas nucleares.
Moscú, a su vez, dijo en febrero que el Memorándum de Budapest iba acompañado de una declaración, firmada también por Francia —que no era garante de seguridad—, en la que se requería que todos los firmantes se abstuvieran de violar los principios de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), inclusive el principio de respetar los derechos de minorías étnicas, obligación que Ucrania venía ignorando desde 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario