Según las estadísticas de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), entre enero y julio de 2023, España ha importado desde Rusia un total de 50 mil gigavatios hora (GWh) de gas, lo que supone un aumento del 70 % en comparación con el mismo periodo de 2022, cuando se importaron 29 mil GWh.
Pese a las restricciones impuestas Rusia tras la operación especial en Ucrania en febrero del año pasado, las estadísticas de la Cores evidencian el crecimiento de la dependencia de España al gas ruso, ya que, Rusia, presidida por Vladímir Putin, actualmente se ha convertido para el país ibérico en el segundo principal proveedor de gas natural.
De hecho, las cifras de la Cores demuestran que Rusia se sitúa sólo por detrás de Argelia (61 mil GWh) y por delante de Estados Unidos (44 mil GWh) y Nigeria (34 mil GWh).
Existen planes en la Unión Europea para abandonar el consumo de los combustibles fósiles de procedencia rusa para el año 2027.
Sin embargo, además de España, en los primeros siete meses de 2023, los países del bloque comunitario importaron cerca de un 40 % más de gas natural licuado ruso (GNL) que en el mismo plazo de 2021, antes de la operación especial rusa en Ucrania, según ha constatado un análisis, publicado la semana pasada por la organización no gubernamental Global Witness.
La ministra de Energía de España, Teresa Ribera, cuyo país ostenta la presidencia del Consejo de la Unión Europea hasta finales de diciembre, ha declarado a la agencia británica de noticias Reuters, que el bloque europeo a corto plazo no tiene planes de prohibir la compra del gas natural licuado ruso debido a temores a un nuevo aumento de precios. “Hay una sensación de escasez y miedo”, recalcó la ministra española.
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