Rusia barrería el suelo con el Reino Unido en el caso de decidir atacar el territorio británico, lanza una alarma un exjefe de las Fuerzas Armadas británicas.
La advertencia la hizo el recién retirado general Richard Barrons, quien ha puesto entredicho la capacidad militar británica en un devastador documento de 10 páginas entregado al secretario de Defensa, Michael Fallon, ha informado este sábado el periódico británico Daily Express.
El ex militar —según califica el medio— advierte de que en caso de una invasión rusa, las fuerzas militares británicas no están a la altura de un enfrentamiento y destaca al presidente ruso, Vladimir Putin, como la amenaza más probable para el Reino Unido, si bien afirma que "la suerte" es que de momento parece que el líder ruso no tiene intención de hacer la guerra.
La capacidad que es fundamental para todas las fuerzas armadas se ha deslucido por el diseño (…) Hay una sensación de que los conflictos modernos sugieren ser exactamente tan pequeños y de tan corto plazo, tal como nos gustaría a nosotros - y eso es absurdo", afirma el exjefe de las Fuerzas Armadas del Reino Unido, el general Richard Barrons.
La defensa aérea del Reino Unido, en este momento, consiste en destructores Tipo 45 y de sistemas de defensa con base en tierra, por lo que "ni el suelo británico ni las fuerzas desplegadas —por no hablar de ambos al mismo tiempo— podrían ser protegidos de un concertado ataque aéreo ruso".
La crítica de Barrons se centra sobre todo en la falta de experiencia de los militares británicos para enfrentar una guerra a gran escala en los últimos tiempos, ya que "el actual Ejército se ha acostumbrado a operar desde bases seguras en el centro de su área de actuación, contra oponentes que no maniobra a gran escala, no tienen movilidad protegida, sin defensa aérea, ni artillería substancial, sin capacidad de guerra electrónica, ni en especial, una fuerza aérea o el recurso a los misiles balísticos o de crucero convencionales", explica en su documento.
La fuerte crítica del exgeneral británico se produce a pesar de que Londres ha decidido aumentar el gasto de defensa en casi 5 mil millones de libras para 2020-21 y de cumplir con el objetivo de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) de gastar el 2 % del producto interno bruto (PIB) en defensa para el resto de la década.
Luego de que Rusia anexara a su territorio la península ucraniana de Crimea en 2014, las relaciones entre el Occidente y Moscú se deterioraron reduciéndose a niveles no vistos desde la Guerra Fría.
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