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viernes, 24 de noviembre de 2023

La era del dominio submarino de Estados Unidos está llegando a su fin: China entra en la partida

SE REDUCEN LAS DIFERENCIAS

Durante décadas, Estados Unidos tuvo una supremacía total en la guerra bajo las aguas. Los nuevos submarinos chinos y sus sensores para cazar submarinos estadounidenses alterarán el equilibrio de poder


Durante décadas, Estados Unidos no ha tenido que preocuparse mucho por los submarinos chinos. Eran ruidosos y fáciles de rastrear. Los militares chinos, por su parte, tenían que esforzarse mucho para detectar los ultrasilenciosos submarinos estadounidenses. Ahora, China está reduciendo una de las mayores diferencias que separan a su ejército del norteramericano a medida que avanza en su tecnología submarina y capacidades de detección submarina. Un fenómeno con importantes implicaciones para la planificación militar estadounidense ante un potencial conflicto en Taiwán.

A principios de este año, Pekín botó un submarino de ataque de propulsión nuclear con un sistema de propulsión a chorro, que utiliza una bomba en lugar de una hélice, según mostraron las imágenes de satélite. Era la primera vez que se veía en un submarino chino la tecnología de reducción de ruido utilizada en los últimos submarinos estadounidenses.

Unos meses antes, las imágenes por satélite de la base de fabricación de submarinos de propulsión nuclear de China en la ciudad nororiental de Huludao mostraban secciones del casco dispuestas en el complejo que eran mayores que el casco de cualquier submarino chino existente. Una segunda nave de construcción moderna en la planta se terminó en 2021, lo que indica planes para aumentar la producción.

Al mismo tiempo, el Pacífico occidental se está volviendo más traicionero para los submarinos estadounidenses. Pekín ha construido o casi terminado varias redes de sensores submarinos, conocidas como la Gran Muralla Submarina, en el mar de China Meridional y otras regiones alrededor de la costa china. Las redes le proporcionan una capacidad mucho mayor para detectar submarinos enemigos, según textos militares y académicos chinos.

El Ejército Popular de Liberación, como se conoce a las fuerzas armadas chinas, está mejorando en la búsqueda de submarinos enemigos mediante la incorporación de aviones de patrulla y helicópteros que captan la información del sonar de las boyas en el mar. La mayor parte de la Armada china tiene ahora la capacidad de desplegar dispositivos de escucha submarina llamados hidrófonos en cables que siguen a buques o submarinos.

En agosto, China llevó a cabo un ejercicio de caza de submarinos de más de 40 horas de duración en el mar de China Meridional, en el que participaron decenas de aviones de patrulla antisubmarina Y-8. Unas semanas antes, las armadas china y rusa realizaron un ejercicio conjunto de guerra antisubmarina en el mar de Bering, frente a las costas de Alaska.

Estos acontecimientos son señal de que la era del dominio indiscutible de Estados Unidos en los mares que rodean China está llegando a su fin.

En los últimos años, China también ha ampliado rápidamente su flota de superficie. Ahora supera a la flota estadounidense en número de buques, aunque los de China son en general más pequeños y menos sofisticados. En respuesta, se ha desplegado en el Pacífico un mayor porcentaje de la Armada estadounidense, incluidos algunos de sus buques y aviones más avanzados. Estados Unidos también ha aumentado el ritmo de las operaciones navales en la región e intensificado la coordinación y el entrenamiento con flotas aliadas, como la japonesa.

Christopher Carlson, antiguo oficial de la Marina estadounidense, afirma que EEUU también necesita nuevas estrategias bajo las olas para enfrentarse a un adversario más potente. Añade que Estados Unidos necesita muchos más recursos, como aviones de patrulla y submarinos de ataque, para localizar, rastrear y potencialmente atacar a una nueva generación de submarinos chinos más silenciosos.

"Las implicaciones para Estados Unidos y nuestros aliados del Pacífico serán profundas", sentenció.

Las simulaciones de una invasión china de Taiwán realizadas por analistas militares estadounidenses suelen dar por sentado que los submarinos estadounidenses intentarían hundir los buques de la flota china atacante. La destrucción de barcos chinos podría ayudar a frenar la invasión y permitir a Taiwán defenderse mejor, según muestran algunas de las simulaciones, pero una mayor amenaza para los submarinos estadounidenses complicaría esa tarea.

Incluso acercarse al estrecho de Taiwán podría resultar más precario. Es posible que se asigne un papel de cazadores-asesinos a los submarinos de ataque de propulsión nuclear de China, en busca de submarinos estadounidenses y aliados al este de Taiwán, aventura Brent Sadler, un ex oficial de submarinos de EEUU que ahora es investigador senior en la Fundación Heritage, un think tank con sede en Washington.

Difícil de detectar

En marzo, el general Anthony Cotton, jefe del Mando Estratégico de Estados Unidos, declaró en una comparecencia ante el Congreso que China había desplegado nuevos misiles en sus submarinos balísticos que podían alcanzar objetivos en el interior de Estados Unidos sin alejarse de China.

Seguir la pista de estos submarinos chinos es una de las principales funciones de la Marina estadounidense y sus submarinos de ataque en la región de Asia-Pacífico.

Un libro publicado por un antiguo oficial del EPL en 2020 sugiere que los nuevos submarinos de ataque chinos tendrán los motores montados en balsas que amortigüen mejor las vibraciones. China está trabajando en otras tecnologías de amortiguación para submarinos, como nuevos materiales para el casco y reactores nucleares más eficientes para la propulsión, según muestran diversas publicaciones académicas.

Basándose en la información disponible, Carlson, el antiguo oficial de la Marina estadounidense, prevé que los nuevos submarinos chinos serán tan silenciosos como los submarinos de ataque rusos de la clase Akula I encargados en la década de 1990, una serie aún en servicio que supuso un salto adelante en sigilo y velocidad respecto a los submarinos rusos anteriores.

"Encontrar un buque tan silencioso va a ser realmente difícil", advierte.

Gran parte de la tecnología submarina actual de China se ha obtenido a partir de la ingeniería inversa de submarinos diésel-eléctricos comprados a Rusia tras el colapso de la Unión Soviética. El estrechamiento de los lazos militares entre Moscú y Pekín tras la invasión rusa de Ucrania ha hecho temer que Rusia esté dispuesta a compartir con China parte de su avanzada tecnología submarina, pero no se han detectado indicios claros de tales transferencias.

Sin duda, faltan años para que una nueva generación de submarinos nucleares chinos entre en servicio activo, y no está garantizado que se produzcan avances significativos en el programa. Los submarinos suelen pasar por varias fases de prototipo a lo largo de varios años antes de alcanzar los diseños definitivos.

El nuevo submarino de ataque botado por China este año podría ser un modelo de prueba no destinado al despliegue. Es posible que se desechen proyectos enteros por razones técnicas, económicas o políticas. El programa estadounidense de submarinos de clase Seawolf se abandonó en 1995 debido a sus elevados costes.

Tampoco hay muchas posibilidades de que China alcance pronto a Estados Unidos en tecnología submarina. Los últimos submarinos de ataque estadounidenses de la clase Virginia y los submarinos de misiles balísticos de la clase Columbia que ya están planificados están una generación por delante de las capacidades de China en lo que a tecnología de reducción de ruido, propulsión, sistemas de armas y otras áreas se refiere, según los analistas militares.

Pero China no tiene por qué estar a la altura de Estados Unidos. Fabricando submarinos mucho más difíciles de detectar y produciéndolos a gran escala, puede ampliar los recursos utilizados por el ejército estadounidense para seguirles la pista. Y cualquier guerra se libraría probablemente en el patio trasero de China, la zona que mejor conoce.

Para patrullar la región, Estados Unidos ha puesto en marcha una rotación de escuadrones de aviones P-8 por una base de Okinawa (Japón). Un oficial de guerra antisubmarina estadounidense recientemente retirado afirmó que la falta de aviones de patrulla antisubmarina estadounidenses con base permanente en la región de Asia-Pacífico supondría una desventaja.

"Ahora sabemos dónde están sus submarinos", explica. "Pero que eso siga siendo así depende de si contamos con los activos necesarios para seguirles la pista".

La Gran Muralla Submarina de China

En 2017, el gobierno chino aprobó planes para construir, a lo largo de cinco años, redes de sensores en el mar de China Meridional y el mar de China Oriental, donde se encuentra Taiwán, para vigilar las regiones en tiempo real.

Las redes de sensores submarinos de China se hacen eco del sistema de vigilancia por sonido, o Sosus (del inglés), desarrollado por Estados Unidos durante la Guerra Fría para detectar submarinos nucleares soviéticos mediante una red de hidrófonos fijados al fondo marino.

Hace unos años, China también colocó dispositivos de escucha en el lecho marino cerca de la isla de Guam, sede de una importante base de submarinos estadounidenses.

El crecimiento de las redes de sensores submarinos chinos implica que los submarinos estadounidenses ya no pueden confiar únicamente en sus capacidades de sigilo para evitar ser detectados en el mar de China Meridional y otras zonas cercanas a China continental, según afirma Bryan Clark, antiguo oficial de la marina que ahora es miembro senior del Instituto Hudson, un grupo de expertos con sede en Washington.

Clark opina que Estados Unidos necesita una nueva estrategia para confundir o suprimir los sensores submarinos chinos, desplegando naves sumergibles no tripuladas que puedan interferir con los sistemas de vigilancia, actuar como señuelos o destruir los sensores.

China se enfrenta a gran presión para mejorar sus capacidades de caza submarina mientras Estados Unidos trabaja con sus aliados para aumentar su propia ventaja. En 2021, Estados Unidos y el Reino Unido accedieron a ayudar a Australia a construir sus primeros submarinos de propulsión nuclear.

No se espera que los nuevos submarinos australianos se desplieguen hasta la década de 2040, por lo que, como medida provisional, Estados Unidos acordó este año vender hasta cinco submarinos de ataque de propulsión nuclear estadounidenses de la clase Virginia a Australia en la década de 2030.

Estados Unidos también se ha comprometido a establecer un sistema de rotación de submarinos de ataque a través de una base en el oeste de Australia para 2027 con el fin de ayudar a su ejército a adquirir destreza en el mantenimiento de submarinos nucleares.

Un portavoz del gobierno chino declaró en marzo que los planes para aumentar las capacidades de Australia llevarían "por el camino del error y el peligro".

Estados Unidos se retrasa

Los recientes avances de China también han puesto de relieve un déficit al que se enfrenta Estados Unidos en su propia flota de submarinos. La Armada ha empezado a trasladar más submarinos a la región Asia-Pacífico y afirma que necesita 66 submarinos de ataque de propulsión nuclear para cumplir sus misiones globales. Actualmente cuenta con 67 submarinos de propulsión nuclear, pero solo 49 de ellos son submarinos de ataque, como consecuencia de la disminución de su construcción tras el final de la Guerra Fría.

Se prevé que su flota de submarinos de ataque se reduzca a 46 naves en 2030, a medida que se retiren los submarinos más viejos, antes de recuperarse hasta los 50 en 2036 si se alcanza un ritmo anual de construcción de dos submarinos, frente al ritmo actual de 1,2. En el escenario más optimista de la Armada estadounidense, ésta contaría con 66 submarinos de ataque en 2049.

China cuenta actualmente con seis submarinos de ataque de propulsión nuclear. Carlson, el ex oficial de la Marina estadounidense, predice que una vez que China se haya asentado en nuevos diseños podría triplicar la actual tasa de producción anual estadounidense. En su evaluación anual del ejército chino publicada este mes, el Pentágono prevé que China tendrá una flota total de 80 submarinos de ataque y de misiles balísticos en 2035, frente a los 60 de finales del año pasado.

La principal base de submarinos nucleares de China se encuentra en la isla meridional de Hainan. Para albergar más submarinos, China ha añadido este año dos nuevos muelles a la base, que se suman a los cuatro ya existentes. En cada muelle pueden atracar dos submarinos.

Hainan está en el extremo norte del mar de China Meridional, una región marítima donde China ha construido bases militares en islas artificiales y tiene algunos de sus sistemas de vigilancia más extensos, tanto por encima como por debajo de la superficie del mar.

Sadler, antiguo oficial de submarinos estadounidenses, afirma que el desarrollo por parte de China de submarinos más avanzados aumentaría la probabilidad de un enfrentamiento militar con Estados Unidos en esta década.

"En cualquier caso, la fuerza submarina estadounidense estará sin duda más solicitada que nunca en todo el Pacífico", afirmó, "y con márgenes de ventaja cada vez más estrechos sobre su principal adversario".

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