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miércoles, 25 de septiembre de 2013

Bioimpresora de órganos deja de ser ficción en Rusia

Bioimpresora de órganos deja de ser ficción en Rusia

Los científicos rusos podrán, dentro de poco, recrear y reproducir los órganos del cuerpo humano. En Moscú ha sido inaugurada la primera impresora biológica, un laboratorio para la impresión tridimensional de órganos y tejidos.

Entonces, los trasplantes serán más fáciles, operativos y seguros para el paciente. Los órganos de donantes serán relevados por órganos cultivados de células madre del paciente ya que estas se adaptan más fácilmente al organismo y no generan rechazo.
Científicos moscovitas pusieron en marcha el proyecto de la bioimpresora de órganos. El profesor Vladímir Mironov, director del laboratorio 3D Bioprinting Solutions, informó de que a día de hoy se han obtenido ya objetos biológicos que comprenden tres tipos de células.
En la bioimpresora son empleados esferoides, conglomerados de células madre de los que se imprime, digamos, en una biogelatina el futuro órgano o tejido. Ahora bien, dicho órgano proveniente de células propias del paciente será, biológicamente, del todo compatible con su organismo, a diferencia de los órganos de donantes que suelen ser rechazados. De ahí justamente que la tecnología de la bioimpresora tenga un promisorio futuro.
En un comienzo se diseña el modelo informático del futuro órgano con todas sus particularidades anatómicas y tisulares, incluido incluso el dibujo de los vasos, explica Vladímir Mironov. A continuación se segregan las células madre del tejido adiposo del paciente. La etapa siguiente consiste en la obtención de los esferoides celulares, la materia prima para los órganos.
La tecnología del laboratorio moscovita es una biogelatina especial la cual impide a los esferoides que se adhieran antes de tiempo, en el cartucho de la bioimpresora y de sus inyectores, a través de los que “gotean”, digamos, sobre el “papel biológico”, de conformidad con el modelo informático. Los esferoides celulares deben aglutinarse en una capa compacta cuando ya han sido aplicados sobre la base matriz. Así, una capa tras otra se va creando el objeto tridimensional.
El profesor Mironov explica que la fusión sobreviene a costa de las fuerzas de la tensión superficial, sin la participación de procesos biológicos algunos. La construcción tisular obtenida en la bioimpresora se introduce, a continuación, en un reactor biológico en el que operan estimuladores para una maduración acelerada del tejido.
El profesor Mironov agrega que el órgano es imprimido de inmediato con el dibujo vascular. Para ello, en el cartucho de la bioimpresora son cargados conglomerados de células que forman los vasos.
El laboratorio 3D Bioprinting Solutions trabajará junto con el Instituto de Genética General Vavilov, de Moscú. En los planes de los integrantes del proyecto sobresale la creación de un sistema robotizado que permita obtener esferoides a razón de diez mil gotas por segundo. A juicio de Vladímir Mironov, “esta productividad mínima es indispensable para una mayor envergadura de la tecnología de la bioimpresora”.

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