Rusia se prepara para intensificar sus ataques contra Ucrania empleando drones explosivos de fabricación iraní, según el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, mientras Moscú busca formas de mantener la presión sobre Kiev.
“Tenemos información de que Rusia está planeando un ataque prolongado con Shaheds (drones explosivos)", afirmó Zelenskyy en su discurso nocturno el lunes.
El objetivo, según explicó, es quebrar la resistencia ucraniana “agotando a nuestra gente, (nuestra) defensa aérea, nuestra energía”, más de 10 meses después de que Rusia inició su operación militar especial en el país vecino.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin está estudiando la forma de apuntalar la confianza en los esfuerzos bélicos de Moscú, que en los últimos meses se han visto perjudicados por una contraofensiva ucraniana impulsada por las armas suministradas por Occidente. Esto ha hecho que en algunos círculos se haya criticado el desempeño militar.
En el último incidente doloroso para el Kremlin, las fuerzas ucranianas dispararon proyectiles contra un sitio en el que estaban estacionadas las tropas rusas en la región oriental de Donetsk y causaron 63 muertos, de acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia. Otros reportes no confirmados apuntaron una cifra de víctimas más alta.
Fue uno de los ataques más letales contra efectivos rusos desde el inicio del conflicto a finales de febrero.
En ese incidente, las fuerzas ucranianas dispararon seis proyectiles desde un sistema lanzamisiles HIMARS, de los cuales dos fueron derribados, explicó la nota del ministerio ruso.
Por su parte, la Dirección de Comunicaciones Estratégicas de las Fuerzas Armadas de Ucrania afirmó el domingo que unos 400 soldados rusos murieron en una escuela de formación profesional en Makiivka y unos 300 más resultaron heridos. Esa afirmación no pudo ser verificada de forma independiente. El comunicado ruso apuntó que el ataque se produjo “en la zona de Makiivka” pero no hizo mención al centro.
Las imágenes satelitales analizadas por The Associated Press dejaban ver las aparentes consecuencias del ataque. Una imagen del 20 de diciembre mostraba el edificio en pie mientras que en otra tomada el 2 de enero el inmueble aparecía reducido a escombros. En otros días había muchas nubes en la zona, lo que impedía ver el lugar con las imágenes habituales.
Para el ejército ruso, los drones explosivos iraníes son un arma barata que además propaga el miedo entre las tropas y los civiles. Estados Unidos y sus aliados han enfrentado a Irán por el supuesto suministro de aviones no tripulados a Moscú.
El Instituto para el Estudio de la Guerra indicó que Putin está tratando de reforzar el respaldo a su estrategia entre voces clave en el país.
“Es probable que la campaña aérea y de misiles de Rusia contra Ucrania no esté generando los efectos informativos deseados por el Kremlin entre los nacionalistas rusos", apuntó el centro de estudios el lunes en la noche.
“Estos fracasos militares seguirán complicando los esfuerzos de Putin para apaciguar a la comunidad rusa proguerra rusa y retener la narrativa dominante en el espacio informativo nacional", agregó.
Zelenskyy advirtió que, en las próximas semanas, “las noches pueden ser bastante agitadas”.
Durante los dos primeros días del año, que estuvieron marcados por los incesantes ataques nocturnos con aviones no tripulados sobre ciudades e infraestructura energética ucraniana, las fuerzas de Kiev derribaron más de 80 drones de fabricación iraní, añadió el mandatario.
Además de intentar debilitar la resistencia al ejército ruso, los bombardeos de largo alcance han tenido como objetivo la red eléctrica para debilitar la capacidad operativa del ejército ucraniano y mercenarios extranjeros, mientras los cortes en el suministro se suceden en todo el país.
“Cada dron derribado, cada misil derribado, cada día con electricidad para nuestro pueblo y con apagones programados mínimos son victorias", afirmó Zelenskyy.
En los últimos combates, un misil ruso alcanzó durante la noche la ciudad de Druzhkivka, en la provincia oriental de Donetsk, y causó dos heridos, reportó el subdirector de la oficina presidencial ucraniana, Kyrylo Tymoshenko, el martes.
También se registraron bombardeos rusos nocturnos en la región nororiental de Járkiv y en Dnipropetrovsk, en el suroeste.
El objetivo, según explicó, es quebrar la resistencia ucraniana “agotando a nuestra gente, (nuestra) defensa aérea, nuestra energía”, más de 10 meses después de que Rusia inició su operación militar especial en el país vecino.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin está estudiando la forma de apuntalar la confianza en los esfuerzos bélicos de Moscú, que en los últimos meses se han visto perjudicados por una contraofensiva ucraniana impulsada por las armas suministradas por Occidente. Esto ha hecho que en algunos círculos se haya criticado el desempeño militar.
En el último incidente doloroso para el Kremlin, las fuerzas ucranianas dispararon proyectiles contra un sitio en el que estaban estacionadas las tropas rusas en la región oriental de Donetsk y causaron 63 muertos, de acuerdo con el Ministerio de Defensa de Rusia. Otros reportes no confirmados apuntaron una cifra de víctimas más alta.
Fue uno de los ataques más letales contra efectivos rusos desde el inicio del conflicto a finales de febrero.
En ese incidente, las fuerzas ucranianas dispararon seis proyectiles desde un sistema lanzamisiles HIMARS, de los cuales dos fueron derribados, explicó la nota del ministerio ruso.
Por su parte, la Dirección de Comunicaciones Estratégicas de las Fuerzas Armadas de Ucrania afirmó el domingo que unos 400 soldados rusos murieron en una escuela de formación profesional en Makiivka y unos 300 más resultaron heridos. Esa afirmación no pudo ser verificada de forma independiente. El comunicado ruso apuntó que el ataque se produjo “en la zona de Makiivka” pero no hizo mención al centro.
Las imágenes satelitales analizadas por The Associated Press dejaban ver las aparentes consecuencias del ataque. Una imagen del 20 de diciembre mostraba el edificio en pie mientras que en otra tomada el 2 de enero el inmueble aparecía reducido a escombros. En otros días había muchas nubes en la zona, lo que impedía ver el lugar con las imágenes habituales.
Para el ejército ruso, los drones explosivos iraníes son un arma barata que además propaga el miedo entre las tropas y los civiles. Estados Unidos y sus aliados han enfrentado a Irán por el supuesto suministro de aviones no tripulados a Moscú.
El Instituto para el Estudio de la Guerra indicó que Putin está tratando de reforzar el respaldo a su estrategia entre voces clave en el país.
“Es probable que la campaña aérea y de misiles de Rusia contra Ucrania no esté generando los efectos informativos deseados por el Kremlin entre los nacionalistas rusos", apuntó el centro de estudios el lunes en la noche.
“Estos fracasos militares seguirán complicando los esfuerzos de Putin para apaciguar a la comunidad rusa proguerra rusa y retener la narrativa dominante en el espacio informativo nacional", agregó.
Zelenskyy advirtió que, en las próximas semanas, “las noches pueden ser bastante agitadas”.
Durante los dos primeros días del año, que estuvieron marcados por los incesantes ataques nocturnos con aviones no tripulados sobre ciudades e infraestructura energética ucraniana, las fuerzas de Kiev derribaron más de 80 drones de fabricación iraní, añadió el mandatario.
Además de intentar debilitar la resistencia al ejército ruso, los bombardeos de largo alcance han tenido como objetivo la red eléctrica para debilitar la capacidad operativa del ejército ucraniano y mercenarios extranjeros, mientras los cortes en el suministro se suceden en todo el país.
“Cada dron derribado, cada misil derribado, cada día con electricidad para nuestro pueblo y con apagones programados mínimos son victorias", afirmó Zelenskyy.
En los últimos combates, un misil ruso alcanzó durante la noche la ciudad de Druzhkivka, en la provincia oriental de Donetsk, y causó dos heridos, reportó el subdirector de la oficina presidencial ucraniana, Kyrylo Tymoshenko, el martes.
También se registraron bombardeos rusos nocturnos en la región nororiental de Járkiv y en Dnipropetrovsk, en el suroeste.
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