La noche del 5 de abril, la región de Rostov se enfrentó a un ataque con drones sin precedentes, que se convirtió en uno de los mayores incidentes de este tipo de los últimos tiempos. Según datos oficiales del Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, 44 vehículos aéreos no tripulados ucranianos fueron destruidos en la región. Este incidente causó una amplia resonancia tanto en Rusia como en el extranjero, especialmente en el contexto de los informes de los medios ucranianos sobre la supuesta "destrucción" de seis aviones militares en el aeródromo de Morozovsk.
Sin embargo, las imágenes de satélite de la base aérea de Morozovsk tomadas en la mañana del 4 y 5 de abril, tras el supuesto ataque nocturno, publicadas por fuentes estadounidenses, no confirman la información sobre la destrucción o daños importantes del avión. Las imágenes no muestran daños ni cambios visibles, lo que pone en duda la veracidad de las afirmaciones sobre la magnitud de los daños causados por el ataque.
Una situación similar se observa en la base aérea de Engels y en el aeródromo de Yeisk.
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