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domingo, 29 de mayo de 2016

Plan Cóndor II: Del ejército a los medios de comunicación

Latinoamérica está viviendo cambios a nivel político que de alguna manera golpean el valor democrático e intentan deslegitimar la voz de los pueblos.

¿Se trata de algo casual?

En una reciente entrevista, el ex presidente de Paraguay, Fernando Lugo, retirado de su cargo mediante un golpe exprés, afirmó: “América Latina, con los esfuerzos que ha hecho de integración en el Mercosur, en el UNASUR, Celac, etc., momentos de integración y de construir la Patria Grande, se ha considerado como una especie de rebeldía al imperio del norte”. “Eso tiene sus consecuencias”.

La asunción de Hugo Chávez como presidente de Venezuela en 1999, generó un cambio a nivel regional, en el que parecía haberse recobrado el sentido de pertenencia latinoamericano.

Esto, se iría afianzando en los años posteriores con la aparición de una nueva camada de presidentes, con ideas y necesidades afines.

Lula da Silva en Brasil, Néstor Kirchner en Argentina, Evo Morales en Bolivia, Rafael Correa en Ecuador y Fernando Lugo en Paraguay, llegarían al poder en reemplazo de gobiernos de derecha, que habían dejado una grave crisis política, económica y social en sus respectivos países.

Estos gobiernos de tendencia popular, comenzaron su labor llevando a cabo numerosas reformas en cada ámbito de la nación, generando un amplio desarrollo que incidió positivamente en la calidad de vida de los ciudadanos.

Esto, mas el rechazo a las políticas injerencistas de los Estados Unidos, expuso a estos gobernantes convirtiéndolos en el blanco de ataques, de diversas características, del país del Norte.

Intentos de golpes de estados, demonización del presidente en función, acusaciones infundadas difundidas en los medios, sanciones económicas, etc. fueron algunas de los obstáculos a los que se enfrentaron y que algunos de ellos continúan atravesando en la actualidad.

Pero… ¿es esto algo nuevo?

Es necesario recordar lo que se denominó Plan Cóndor, una operación llevada a cabo por los Estados Unidos en la década del 70´, con Henry Kissinger como uno de sus mayores ideólogos, cuyo objetivo fue destituir del poder a los gobiernos populares de aquel entonces en Latinoamérica, mediante golpes de estado en manos de las fuerzas armadas de cada nación.

El caso de la violenta caída de Salvador Allende es emblemático de este período.

Había que quitar del medio a quienes molestaban.

Terrorismo de estado, muertes, desapariciones, guerras.

Un plan sistemático y sanguinario, que si bien fue elaborado por los Estados Unidos, contó con el beneplácito y el apoyo de los sectores más conservadores de los países involucrados.

¿Cuál era el objetivo de este plan?… Consolidar los intereses estadounidenses en la región y por ende los del sistema capitalista; para ello, la imposición del neoliberalismo era una prioridad, por lo que se obligó a nuestros países a abandonar el modelo del estado protector o benefactor.

Actualmente, hay un nuevo Plan Cóndor en marcha, pero mucho más sutil.

Las armas de fuego pasaron a segundo plano. El poder hegemónico ya no necesita recurrir a los golpes de estado. Ahora, disponen de otro tipo de arma, tal vez más efectiva que aquellas de destrucción masiva: Los medios de comunicación.

Estos, controlados por los grandes grupos hegemónicos, manipulan las noticias y brindan un mensaje incitando al odio contra los gobiernos elegidos democráticamente y que realizan políticas mayormente en pos de los intereses del pueblo, por lo tanto, contrarios a las políticas de estas corporaciones.

En Medio Oriente, nos convencen de que quienes gobiernan países ricos en petróleo y otros recursos naturales, son personas malvadas, ávidas de la sangre de sus pueblos y que deben ser derrocadas en nombre de la paz mundial.

Aquí, presidentes que en muchos casos han tomado medidas en favor de sectores más vulnerables, son seres viles, corruptos, que han dejado los países en ruinas y sólo piensan en su propio beneficio.

¿No será necesario comprender quién está detrás de este permanente ataque mediático?

¿A quién beneficia realmente la instalación de odios, grietas y fracturas sociales?

A lo largo de los últimos años, y a instancia de los medios de comunicación más poderosos, la derecha se ha fortalecido considerablemente.

En algunos países ha logrado llegar al poder después de mucho tiempo, como fue el caso de Paraguay tras el golpe a Fernando Lugo en 2012, y más recientemente en Argentina, tras imponerse legítimamente en las elecciones presidenciales del diciembre del 2015, Mauricio Macri, bajo la premisa del “cambio”.


Mientras que en otros países, se está ejerciendo una presión que parece ser insostenible para los gobernantes actuales, como en Venezuela, donde Maduro parece pender de un hilo. El mandatario venezolana denuncia una posible intervención de la OTAN en el país bolivariano. Cabe recordar que Dilma Rousseff ya ha sido desplazada de la presidencia.

Ahora el Plan Cóndor 2 se vale de los medios, la desinformación de la opinión pública, el uso del aparato judicial de los países, la intervención de los servicios de inteligencia norteamericanos en coordinación con los locales, el incremento de las presiones económicas y financiamiento de la oposición radical.

Todo está diseñado a fin de limpiar el terreno para el dominio definitivo de Latinoamérica por las transnacionales, empeñadas en quitar del camino a quienes molestan y desplazar a quienes se presentan como obstáculos para hacerse de los abundantes recursos energéticos de la región.

¿Serán los pueblos capaces de vislumbrar qué hay detrás de este nuevo y sutil plan?

¿Llegaremos a abrir los ojos en América Latina y descubrir a quién beneficia y a quién perjudica lo que está sucediendo?

¿O ya es demasiado tarde?

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