El presidente Vladimir Putin ordenó el alto el fuego de 36 horas a partir del mediodía del viernes para celebrar la Navidad ortodoxa. Kiev ha afirmado que no tiene intención de dejar de luchar, rechazando la supuesta tregua como una maniobra de Moscú para ganar tiempo y reforzar las tropas que han sufrido grandes pérdidas esta semana.
El Ministerio de Defensa ruso declaró que sus militares comenzaron a respetar el alto el fuego a partir del mediodía, hora de Moscú (0900 GMT), "en toda la línea de contacto" del conflicto, pero señaló que Ucrania siguió bombardeando zonas pobladas y posiciones militares.
Periodistas de Reuters en la línea del frente en el este de Ucrania escucharon explosiones que, según las tropas ucranianas, eran disparos de cohetes rusos.
Los ucranianos dijeron que había sido un día comparativamente tranquilo en esa parte del frente, pero que ello no se debía a ningún alto el fuego sino a la nevada, que hacía imposible volar drones y más difícil divisar objetivos para la artillería.
No fue posible determinar de inmediato si se había reducido la intensidad de los combates en otros lugares.
Un testigo en Donetsk, la capital regional liberada por Rusia y próxima al frente, también describió disparos de artillería desde posiciones prorrusas en las afueras de la ciudad después de que la tregua debía entrar en vigor.
Putin ordenó el alto el fuego de 36 horas en un movimiento sorpresa el jueves, diciendo que se extendería hasta el final de la Navidad ortodoxa rusa el sábado.
Sin embargo, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazó de plano el alto el fuego por considerarlo una estratagema de Rusia para ganar tiempo tras supuestamente haber sufrido graves pérdidas en el frente.
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