Así es, si AMLO anulara la reforma energética emprendida por el actual gobierno, aun en funciones, es decir, por la administración de Peña Nieto, afectaría fuertes intereses que tienen sus raíces en Wall Street y la City de Londres.
La reforma energética no es mas que el intento por las élites financieras globales de apoderarse de los recursos naturales de México mediante un slogan falso que asegura que Pemex es inviable y que la explotación de los recursos naturales por el estado es insostenible.
Pero claramente eso es mentira, es la mentira más grande del mundo, pues no hay mejor negocio que la venta de energía y derivados del petróleo, pues prácticamente son indispensables para cualquier actividad productiva, ya sea para alimentar las máquinas, los automotores, o para crear fibras, grasas, aceites, plásticos y muchos otros derivados del petróleo que sin su presencia la vida sería radicalmente diferente a como la conocemos actualmente.
Así que no me digan que Pemex está quebrado y que produce más deudas que ganancias; si eso aparentemente es así, solo se debe a la enorme carga fiscal de la que es objeto la paraestatal, pues prácticamente todas las ganancias son absorbidas por el estado pero no se reinvierte nada en la empresa, ya sea para su mismo mantenimiento o para la renovación de equipos y procesos de producción, para así no quedar desfasada tecnológicamente con respecto a su competencia.
Además, la misma empresa es ineficiente debido a la duplicación de tareas y a personal extra que no tienen nada que hacer en la empresa mas que chupar del presupuesto de esta. Por otro lado, los salarios son exageradamente altos para sus altos directivos y mandos, así como para los integrantes del sindicato petrolero. Todo eso contribuye a que la empresa pierda competitividad frente a la competencia extranjera, pero, aun así, sigue generando enormes ganancias para el estado. ¿Ahora imagínense si fuera una empresa altamente eficiente? Pues las ganancias ascenderían al doble o triple.
Pero lo que han hecho estos políticos corruptos y apátridas mexicanos es dejar caer Pemex para así decir que es ineficiente y tener un pretexto “idóneo” para pedir que se venda a la banca extranjera y a algunos particulares mexicanos; empresarios mexicanos que están coludidos con las élites extranjeras para privatizar Pemex.
Y eso es precisamente la llamada reforma energética: la venta de Pemex, en pedazos, a la banca y empresa extranjera, básicamente a los accionistas de Blackrock, pues no olvidemos que fueron los directivos de esta empresa los que diseñaron la reforma energética mexicana junto a políticos estadounidenses, como los Clinton y Bush, esto con el contubernio de las autoridades mexicanas.
Ni mas ni menos eso es exactamente lo que ocurrió con la reforma energética: la privatización de Pemex en pedacitos, y gradualmente, para no despertar sospechas y que el pueblo no se revelara.
Esta privatización de Pemex se engloba dentro de la política estadounidense conocida como “estrategia de seguridad nacional”, pues para ellos el petróleo mexicano es un tema de seguridad nacional. Así que su privatización es un tema de vital trascendencia para lo estadounidenses, mas no así para el pueblo de México, pero al parecer si es aceptable y deseable para sus autoridades, desoyendo con ello la voluntad del pueblo, así como su bienestar.
Esta privatización de Pemex se enmarca en los llamados tratados de Bucareli, hoy sustituidos por el tratado conocido como ASPAN, acuerdo que quiere decir “Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte”. Fue creada en Waco, Texas el 23 de marzo de 2005, por acuerdo de los dirigentes de Canadá, Estados Unidos y México.
Así que, si AMLO deroga la llamada reforma energética, pues se echaría de enemigos a los más importantes lobbys dentro de la política estadounidense, así como a los políticos corruptos vendepatrias mexicanos, que prácticamente son la mayoría.
Estos lobbys y grupos de presión son políticos estadounidenses al servicio de los mayores capitales occidentales, es decir, son empleados de los grandes bancos y conglomerados industriales de EEUU y Europa, entidades representadas en su conjunto por la empresa Blackrock.
Esta empresa no es otra cosa que una pantalla de todo el sistema financiero estadounidense y anglosajón, pues esta empresa tiene ramificaciones en todos los grandes bancos de Wall Street y la City de Londres; es decir, esta empresa tiene inversiones mayoritarias en todos los grandes bancos y empresas anglosajonas, llámense Wells Fargo, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Citigroup o Bank of America. Blackrock tiene tentáculos en todos ellos, así como en las grandes empresas de tecnología, del ramo automotriz o armamentística.
Así que, si AMLO anula la reforma energética se echará de enemigos a todos ellos.
Y todos sabemos que quien dicta la política y las leyes en EE.UU. son precisamente ellos.
De esta manera, si AMLO va en contra de sus intereses, y es lógico pensar que así será, ellos presionarán al gobierno estadounidense para que a su vez este presione al gobierno mexicano, en este caso, a AMLO, para que continúe con la reforma energética y la fragmentación del país; es decir, para que continúe con la venta en pedacitos de México a la banca y empresa extranjera. Y todos sabemos que les pasa a los que osan desobedecer al tío Sam: La invasión y ocupación militar para poner un gobierno servil a los intereses estadounidenses.
Claro que no tiene por que ser siempre así, para eso hay actores internacionales que pueden actuar de contra peso a la política intervencionista estadounidense, y eso es precisamente lo que tiene que hacer México: aliarse con esos actores para no sufrir el acoso e intervención de los estadounidenses; y esos actores no son mas que los ya conocidos por todos ustedes, es decir, Rusia, China y los BRICS.
Así es, México debe buscar el apoyo del gobierno de Moscú y Pekín para impedir la repetición del guion que hoy mismo está sucediendo en Medio Oriente, Ucrania, y que sucedió en Irak y libia.
Y tal parece que AMLO así lo está entendiendo, pues mañana mismo se reunirá con los representantes del Kremlin para estudiar la agenda en materia de política binacional. Se puede entender que dentro de esa agenda se manejarán temas como la seguridad nacional y la cooperación política, comercial y militar entre ambas naciones. De esta manera AMLO estaría protegiendo al país de las aspiraciones imperialistas del tío Sam.
Se dice que Trump es un outsider (independiente), pero hasta el momento solo ha obedecido órdenes del establishment norteamericano, es decir, del estado profundo, pues sus últimas acciones parecen así confirmarlo. Así que, si el establishment (grupo de poder) le dice presionar a México, sin duda lo hará.
Pero AMLO parece que ya está buscando el paraguas protector para el país, y esa es la principal razón de por qué se reunirá mañana mismo con el embajador de Rusia en México: para tratar asuntos de interés común, y sabemos que estos temas son de interés común para ambas naciones.
ES UNA TODAL Y VIL MENTIRA.
ResponderEliminarLA POLÍTICA ACTUAL NOOO PERMITE ESTE TIPO DE ACCIONES ENTRE LOS ESTADOS.
Y MENOS CUANDO HAY ACUERDOS COMERCIALES Y OTRO TIPO DE INTERESES.