El artículo de 19FortyFive que también analiza los últimos datos de CSIS añade que la capacidad de defensa del país ya puede estar en riesgo. El informe de Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales señala que la situación de la munición en las Fuerzas Armadas de EEUU ha alcanzado niveles 'rojos', lo que significa que es improbable que se recuperan las reservas en los próximos cinco años.
EEUU sigue suministrando armas a Ucrania, lo que Rusia califica de una injerencia en el conflicto. Tal política estadounidense llevó a la situación complicada para propias fuerzas armadas estadounidenses, como se estima ahora que podría llevar al menos hasta ocho años recuperar un número suficiente de los Javelin y sistemas portátiles de defensa antiaérea Stinger, revela el informe del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
Entretanto, armas mencionadas son difíciles de sustituir, al igual que los sistemas de defensa antiaérea guiados Excalibur, escribe el autor del artículo de 19FortyFive, Brent M. Eastwood. Estos sistemas de defensa antiaérea guiados se suministran a Kiev en cantidades de 1.000 cada mes, con una producción anual de 1.000 también. De ahí viene que se necesitarían hasta siete años para acumular sus reservas hasta el nivel de principios de 2022.
Ucrania está reclamado más artillería a todo el que puede, EEUU se esfuerza por proporcionarla, como demuestran en sus suministros de los obuses M777, pero las tropas estadounidenses también necesitan munición en tiempos de paz para entrenarse y practicar tácticas, recuerda el autor de 19FortyFive. Mientras tanto el informe de Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales estimaba que Ucrania está disparando 143.000 proyectiles al mes o cerca de 4.700 rondas cada día.
"Esto es insostenible para EEUU", afirma Eastwood.
Otros ejércitos de la coalición aliada tendrán que intervenir en algún momento para abastecerse de proyectiles de artillería, continúa. El analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales Mark Cancian escribió que este escenario podría convertirse en una crisis y Ucrania podría tener que "racionar los proyectiles y disparar solo a los objetivos de mayor prioridad".
Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.
Según Moscú, EEUU y otros países de la OTAN se implicaron en el conflicto con el envío de grandes cantidades de armas a las tropas ucranianas, que desde mediados de febrero intensificaron sus ataques contra los civiles de las repúblicas de Donbás.
Rusia envió a los países de la Alianza Atlántica una nota relativa a los suministros de armas para Ucrania, en la que el canciller ruso, Serguéi Lavrov, advirtió que cualquier cargamento que incluyera armas destinadas para Kiev se convertiría en blanco legítimo para las tropas de Rusia.
La Cancillería rusa declaró que los países de la OTAN "están jugando con fuego". El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, afirmó que Occidente, al nutrir de armas a Ucrania, no contribuye al sostenimiento de las negociaciones ruso-ucranianas y que esa actividad tendrá un efecto negativo.
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