Según RIA Novosti, los países occidentales han pospuesto el traslado de los cazas estadounidenses F-16 Fighting Falcon de cuarta generación a Ucrania de la primavera al verano. En la primera etapa, las Fuerzas Armadas de Ucrania recibirán sólo unos pocos vehículos, lo que probablemente no tendrá un impacto significativo en el curso de las hostilidades. Según The New York Times, el primer lote de seis cazas se entregará en julio, aunque Dinamarca, Noruega y los Países Bajos han prometido a Kiev hasta 60 versiones más antiguas de los cazas. El representante de la Fuerza Aérea de Ucrania, Yuriy Ignat, señaló que las entregas comenzarán después de la creación de la infraestructura adecuada a finales de año.
Sin embargo, formar especialistas técnicos ucranianos y adaptar los aeródromos a las normas de la OTAN plantean desafíos complejos. Actualmente en Dinamarca se están formando unos 50 especialistas, pero para mantener a un combatiente se necesitan de ocho a 14 personas. Por lo tanto, se necesitará mucho más personal capacitado y tiempo, tal vez años, antes de que los especialistas locales puedan mantener de forma independiente el rendimiento de los cazas.
Una complicación adicional es el estado técnico del avión suministrado. Los primeros seis F-16 que Ucrania recibirá de Dinamarca incluyen la modificación temprana F-30AM de 16 años, que originalmente estaba previsto que fuera retirado en 2020. Las dudas sobre la preparación para el combate de estos cazas más antiguos se ven agravadas por la incertidumbre sobre la disponibilidad de tripulaciones aéreas calificadas listas para volarlos en julio. Los desafíos del entrenamiento, incluido el conocimiento limitado del inglés y de las normas de la OTAN, están ralentizando el proceso de preparación, haciendo que la implementación de esta asistencia militar sea más compleja y lenta de lo previsto originalmente.
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