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sábado, 20 de julio de 2013

Parricidio a la Mexicana


Hoy es día de duelo, día de luto, un luto que ensombrece -todavía- toda nuestra vida nacional. Hoy se conmemora el 189 aniversario del parricidio perpetrado en Padilla, Tamaulipas.

Escribió don Manuel Payno: "La muerte de Iturbide es una de las manchas más vergonzosas de nuestra historia. El pueblo que pone las manos sobre la cabeza de su Libertador es tan culpable como el hijo que atenta contra la vida de su padre", y yo sostengo que es la mancha más vergonzosa de nuestra historia.

"Iturbide no es héroe de facción: es héroe nacional. Qué aberración monstruosa, solo vista en México, que es la de loar la libertad y maldecir al libertador; glorificar la obra y desdeñar al obrero; tomar el don y escarnecer al que lo da. Urge consumar la reparación y no solo en nombre de la gratitud sino también en nombre de la justicia y la verdad . Para honrar a Iturbide bastan dos cosas; saber historia verdadera y ser honrado en espíritu" decía don Alfonso Junco.

"La sangre derramada en Padilla, ha sido y es, quizá, una de las manchas más vergonzosas de México. El pueblo que pone las manos sobre la cabeza de su libertador, es tan culpable como el hijo que atenta contra la vida de su padre. Hay sobre los intereses políticos en las naciones, una virtud que es superior a todas las virtudes: "la gratitud", sentenció en El Libro Rojo don Vicente Riva Palacio.

Para quienes no son capaces de ver en la historia más que un devenir aleatorio de sucesos producidos por las fuerzas económicas, parecería una exageración afirmar que Dios, en castigo por el parricidio en Padilla, ha permitido que, desde entonces, solo nos desgobiernen los abusivos, los ladrones, los traidores, los bandidos, pero... pensemos detenidamente el asunto. Si fuimos capaces de poner la mano encima de quien nos dio Patria libre, si fuimos capaces de matar a quien nos dio nombre y bandera, si fuimos capaces de cargar de mentira e ignominia a quien -con tanto empeño y a pesar de sus deficiencias personales- se esforzó por ponernos el ejemplo de como vivir en orden y paz, si hoy -por cobardía, apatía o indiferencia- no restituimos lo que en Justicia corresponde a Iturbide, ¿no es señal de que somos un pueblo completamente extraviado y que, hace mucho tiempo, ha perdido totalmente el rumbo?

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