Pues resulta que no, esa historia la vivimos todos los días, es nuestra lucha diaria.
Pero como! Dirán todos, ¿no es acaso que el éxodo fue hace tres mil años?
Pues no señores, esa historia es totalmente actual y palpable.
Ciertamente el éxodo fue un hecho real e histórico pero no era mas que una enseñanza atemporal, permanente. Una metáfora de nuestra vida cotidiana.
El descenso de Jacob a Egipto es la metáfora del descenso del alma al cuerpo, siendo el cuerpo Egipto y el alma desciende del cielo.
Los egipcios que esclavizan a Israel, es decir, al alma, son ni mas ni menos que los cinco sentidos que subyugan al alma a través de ilusiones; ilusiones como la aparente necesidad de recibir honores, reconocimientos, riqueza, poder, facultad de oprimir al prójimo, etcétera. Esta esclavitud de los sentidos al alma tiene como consecuencia el orgullo, la rebeldía hacia Dios.
El pegar ladrillos significan las preguntas sin respuesta que nuestra alma constantemente se hace, lo que la deja en un estado de incertidumbre.
El nombre de Jacob quiere decir talón, pero cuando Jacob lucho con el ángel (ángel de la muerte) y lo venció, entonces Dios cambio su nombre por Israel que se pude leer "mi cabeza".
¿Y como venció Jacob al ángel?, con oración y ayuno, con meditar los nombres de Dios, por eso es que dejo de ser talón y se convirtió en cabeza pues pudo acceder al pensamiento superior (consciencia divina).
El ángel al que venció Jacob es el ángel de la muerte, pero no solo de la muerte física, es la muerte de todo proyecto humano, como el matrimonio, los hijos, el trabajo, los negocios, terminar una profesión, etcétera, es a ese ángel al que venció Jacob, por eso a partir de entonces todos sus proyectos fueron un éxito.
Entonces, ¿quien es Israel? Pues Israel es todo aquel que ha accedido al pensamiento superior, es decir, a la consciencia divina; y lo ha logrado a través de la oración, el ayuno y el estudio de la Palabra de Dios; es aquel al cual Dios le puede llamar " mi amigo".
Finalmente, la salida de Egipto es la liberación de nuestra alma de la esclavitud del cuerpo, de los sentidos, para llevarnos a la tierra prometida, que no es mas que la plena comunión con Dios, el pleno conocimiento de su esencia, es esa tierra donde los milagros son posibles, y son posibles como consecuencia de nuestra plena comunión con Dios.
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