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miércoles, 24 de agosto de 2016

Para Londres, la propaganda de guerra es un arte

por Thierry Meyssan

Nadie dotado de sentimientos humanos puede aceptar ver niños que sufren, y eso hace de los niños un tema perfecto para la propaganda de guerra. Thierry Meyssan aborda el uso de niños por parte de la coalición internacional encabezada por Estados Unidos en el marco de la guerra contra Siria.

La prensa occidental es plural pero no pluralista. El 20 de agosto de 2016, todos los grandes diarios publicaron en primera plana la misma imagen.

Como todas las guerras, la guerra desatada contra Siria da lugar a una avalancha de propaganda. Y los niños siempre constituyen un tema que se vende como pan caliente.

Por ejemplo, al principio de los incidentes, Qatar quería demostrar que la República Árabe Siria, lejos de servir el interés general de los sirios, despreciaba al Pueblo. La petrodictadura qatarí echó entonces a rodar, a través de su canal de televisión Al-Jazeera, la leyenda de los niños torturados por la policía en Deraa. Como muestra de la crueldad extrema de su adversario, Qatar precisó que los policías les habían arrancado las uñas a los niños. Por supuesto, ningún periodista logró encontrar a aquellos niños. La BBC finalmente transmitió una entrevista con dos de ellos… en la que podía verse que seguían teniendo uñas.

Como el mito resultaba imposible de verificar, Qatar echó a rodar una nueva historia en la que un niño de 13 años, Hamza Ali Al-Khateeb, había sido torturado y castrado por la policía del «régimen». Esta vez la historia estaba ilustrada con una imagen en la que podía verse un cuerpo sin sexo. Pero la autopsia demostró que el cadáver había sido mal conservado y que se había hinchado tanto que el vientre ocultaba el sexo del niño… que no estaba castrado.

En esta revista, Sir Arthur Conan Doyle imagina a Sherlock Holmes arrestando a un espía alemán. El escritor trabajaba en aquella época para el Buró de Propaganda de Guerra.

A finales de 2013, los británicos pasaron a ocuparse de la propaganda de guerra contra Siria. Hay que decir que ya contaban con una larguísima experiencia en ese campo y que son considerados como los inventores de la propaganda moderna, desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial, con la creación del Buró de Propaganda de Guerra.

Uno de los rasgos que caracterizan la propaganda de guerra de los británicos es que acostumbran a utilizar artistas, porque la estética neutraliza el espíritu crítico del receptor. En 1914, los británicos reclutaron a los grandes escritores del momento –como Arthur Conan Doyle, H.G. Wells y Rudyard Kipling– para garantizar la publicación de textos que atribuían crímenes imaginarios al enemigo alemán. Posteriormente reclutaron también a los dueños de los grandes diarios para que reprodujeran las “noticias” que inventaban sus escritores.

Cuando los estadounidenses decidieron imitar el método británico, en 1917, con el Comité de Información Pública, estudiaron con particular interés los mecanismos de persuasión, con ayuda del periodista estrella Walter Lippmann y del inventor de la publicidad moderna, Edward Bernays, sobrino de Sigmund Freud. Sin embargo, inclinándose fundamentalmente por el poder de la ciencia, olvidaron la estética.

A inicios de 2014, el MI6 británico creó la firma Innovative Communications & Strategies (InCoStrat), o sea “Comunicaciones y Estrategias Innovadoras”, que concibió por ejemplo los logotipos de los diferentes grupos armadosnempeñados en destruir el Estado sirio, desde el más «moderado» hasta el más «extremista». Esta firma, que cuenta con oficinas en Washington y Estambul, organizó la campaña tendiente a convencer a los europeos para que acogieran en sus países a 1 millón de refugiados. También obtuvo la fotografía del pequeño Aylan Kurdi, ahogado en una playa turca, y logró –en dos días– ponerla en la primera plana de todos los diarios atlantistas más importantes, en todos los países de la OTAN y del Consejo de Cooperación del Golfo.


Antes de la guerra contra Siria, cada año al menos un centenar de migrantes ahogados eran hallados en las playas turcas… sin que nadie se dignara a mencionarlos. Y sólo los diarios dedicados a la publicación de escándalos mostraban fotos de los cadáveres. Pero esta imagen en particular estaba especialmente bien concebida…

Como ya señalé en un artículo anterior, un cuerpo depositado en la playa por el mar no puede quedar en posición perpendicular a las olas… el autor de la foto reconoció posteriormente que había desplazado el cadáver del pequeño Aylan para mejorar la composición de la imagen.

La foto del pequeño Omran Daqneesh (sólo tiene 5 años) sentado en una ambulancia en el este de Alepo viene acompañada de un video, lo cual permite su “explotación” tanto en la prensa escrita como en televisión. La escena es tan dramática que una locutora de CNN rompió a llorar al verla. Por supuesto, cuando nos detenemos a pensar en lo que estamos viendo nos damos cuenta de que los socorristas no se ocupan del niño tratando de administrarle los primeros auxilios. Lo que vemos es que alguien –al parecer un miembro de los «White Helmets»– se limita a sentar al niño delante de la cámara.

A los cineastas británicos no les interesa el niño, lo que quieren es lograr una imagen. Según la agencia Associated Press, la foto fue tomada por Mahmud Raslan, quien aparece brevemente en el video. Según su cuenta de Facebook, Mahmud Raslan es miembro del grupo Harakat Nur al-Din al-Zenki, un grupo armado que cuenta con el respaldo de la CIA, que lo ha equipado con misiles antitanque BGM-71 TOW. También según su cuenta de Facebook, y esta información aparece confirmada por otro video, el 19 de julio de 2016, fue Mahmud Raslan quien degolló con sus propias manos al niño palestino Abdullah Tayseer al Issa, de 12 años.

Las leyes europeas son particularmente estrictas en lo tocante al uso de niños con fines publicitarios. Parece que eso no incluye la propaganda de guerra.

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