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domingo, 28 de agosto de 2016

"Turquía convirtió la guerra siria en un peligro para el indeciso Occidente"

La intervención activa de Turquía en la guerra en Siria hace impredecible y peligroso el conflicto, incluso para Europa, escribe Michael Stürmer en su artículo para el periódico alemán Die Welt.



Dado que Turquía pasó de la estrategia de evasión a la acción, el conflicto entró en una nueva fase "impredecible, imposible de localizar y cada vez más peligrosa para la región entre el mar Mediterráneo y el golfo Pérsico, y por lo tanto, para Europa", enfatiza el autor.

Los tanques turcos se dirigen hacia Siria, y aunque solo sea por razones técnicas, las autoridades militares turcas tienen que negociar con Rusia y Estados Unidos, que están haciendo "su propia guerra desde el aire, uno con el otro y el uno contra el otro", opina el periodista alemán.

Stürmer duda que dentro de la OTAN haya una coordinación al respecto, por lo tanto, la guerra en Siria entra en una nueva dimensión desconocida.

"Erdogan quiere reforzar su posición, amenazar a los kurdos, castigar a los combatientes del Estado Islámico [Daesh, organización terrorista proscrita en Rusia y otros países] y, como resultado, convertirse en ganador y protector de sus ciudadanos", afirma el periodista.

Sin embargo, detrás de las acciones de Erdogan no hay ninguna estrategia, es más bien un intento de salir de una situación complicada, opina el autor.


"Mientras tanto, la zona de operaciones militares en Siria va ampliándose. Stürmer señala que lo que hace cinco años se llamaba "primavera árabe" en realidad se convirtió hace tiempo en un "invierno de desesperación". La región se sumergió en una guerra civil que no había sido tan sangrienta ni amenazante en ningún otro lugar como en Siria, destaca el columnista.

Occidente, no obstante, no ha tomado ninguna medida eficaz para prevenir una masiva pérdida de vidas y la aparición de los refugiados. El autor explica que en la región se están librando varias guerras al mismo tiempo: en Siria están combatiendo las fuerzas religiosas contra las laicas, los sunitas contra los chiitas, los rebeldes contra el Gobierno, y a su vez el Gobierno contra Daesh.

Turquía ve una amenaza en una Siria dirigida por Asad, por lo tanto, quiere mantenerla lo más lejos de sus fronteras. El intento desesperado de los kurdos de recuperar a su propio Estado del caos asusta a Turquía incluso más que las atrocidades de Daesh. Las diferencias entre los sunitas de Arabia Saudí y los chiitas de Irán refuerzan el deseo de tomar una posición de liderazgo en la región, concluye el autor.

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