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viernes, 4 de agosto de 2017

¿Por qué no funcionan las sanciones antirrusas?



Las medidas coercitivas adoptadas hasta el momento contra Rusia desde 2014 no han logrado sus objetivos y las últimas sanciones tampoco lo harán.

La analista Kiley McCormick-McGeady, en un informe redactado para el rotativo estadounidense The Huffington Post, aborda el tema de las sanciones antirrusas y las razones por las que hasta ahora estas no han conseguido lograr los objetivos fijados.

En el texto, publicado el miércoles, la autora recuerda que las sanciones adoptadas contra Rusia desde la reunificación de la península de Crimea con el Estado ruso en 2014 tienen, en general, por meta, obligar al presidente ruso, Vladimir Putin, y a la población rusa, a capitular, algo en lo que han fracasado.

"Si el objetivo de estas sanciones era dañar la economía rusa, muchos podrían decir que tuvieron éxito, ya que sí contribuyeron, en gran medida, a la crisis financiera rusa de 2014. Si el objetivo de estas sanciones era obligar al presidente Vladimir Putin o a la población rusa a capitular, fracasaron", afirma.

Si el objetivo de estas sanciones era dañar la economía rusa, muchos podrían decir que tuvieron éxito, ya que sí contribuyeron, en gran medida, a la crisis financiera rusa de 2014. Si el objetivo de estas sanciones era obligar al presidente Vladimir Putin o a la población rusa a capitular, fracasaron", afirma la analista Kiley McCormick-McGeady.

La principal razón, asegura, es el hecho de que los rusos ya han pasado por etapas mucho más difíciles y mucho más severas, y que las presiones ejercidas por parte de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos no son suficientes para doblegar a los rusos.

"Frente a la historia, las sanciones significan poco. Los rusos han sobrevivido a condiciones económicas mucho peores y saben cómo superar una tormenta", dice, para después reiterar que las presiones económicas en este caso provocan a los rusos a aumentar su apoyo hacia el Kremlin.

Además, advierte de que la imposición de más medidas coercitivas de índole económica contra Rusia hará que tanto la población como el Gobierno de este país tomen medidas de represalia (como ya lo hizo Putin con la expulsión de cientos de diplomáticos estadounidenses) y que aumenten las tensiones aun más.

Por último, se pregunta si el Occidente será capaz de manejar la respuesta rusa a sus sanciones, ya que, a diferencia de los rusos, que consideran las sanciones como un desafío, los occidentales no están acostumbrados a presiones económicas ni diplomáticas.

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