El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció este lunes que 755 trabajadores de la embajada y los consulados de EEUU en Rusia -entre personal diplomático y técnico- deberán cesar su actividad a partir del próximo 1 de septiembre. "Más de mil funcionarios, entre diplomáticos y personal técnico, trabajaban y aún trabajan en Rusia [para la embajada de EEUU]. Ahora 755 deberán cesar su actividad", dijo Putin en una entrevista a la cadena de la televisión estatal rusa "Rossia".
Moscú exigió el pasado viernes a Washington igualar su representación en este país a los 445 funcionarios rusos que trabajan en Estados Unidos, en respuesta a la expulsión de 35 diplomáticos rusos de EEUU en diciembre del año pasado. Además, el Ministerio de Exteriores ruso anunció que desde el próximo 1 agosto la Embajada de EEEU no podrá utilizar unos almacenes en la capital rusa ni tampoco la mansión de que dispone en Serebrianyi Bor, una elitista zona de descanso en Moscú. "Es un acto lamentable e injustificado. Estamos evaluando el impacto de tal limitación y cómo responderemos. No tenemos más comentarios por el momento", indicó un portavoz del Departamento de Estado, que prefirió mantener el anonimato, al diario especializado Politico.
Putin advirtió de que Rusia tiene un "gran espectro" de posibilidades para responder al último paquete de sanciones aprobado por el Congreso de Estados Unidos. "Tenemos mucho que decir y hacer en muchos ámbitos de cooperación bilateral [con medidas] que perjudicarían a EEUU. Pero no creo que debamos hacerlo. A día de hoy, estoy en contra", subrayó el mandatario ruso. Pero al mismo tiempo, agregó, "si el daño ocasionado a Rusia por los intentos de presionarla llega a ser equiparable a las consecuencias negativas por restringir nuestra cooperación, estudiaremos otras medidas".
"Un paso sin razón alguna"
"Habíamos esperado mucho tiempo para ver si algo mejoraba, teníamos esa esperanza. Pero visto lo visto, si algo cambia no será pronto", dijo Putin en referencia al proyecto de ley de sanciones aprobado en EEUU y que aún debe ser ratificado por el presidente de ese país, Donald Trump. Precisamente por eso la respuesta a las sanciones de diciembre -aprobadas por el presidente Barack Obama (2009-2017) en represalia por la presunta injerencia rusa en el proceso electoral en EEUU- se adoptó ahora, ocho meses después, explicó Putin.
"La parte estadounidense, sin razón alguna, ha dado un paso para empeorar las relaciones" entre los dos países, afirmó. Y ese paso, advirtió, consiste en imponer "restricciones ilegales, intentos de influir en otros países, incluidos sus socios que están interesados en mantener y desarrollar sus relaciones con Rusia".
La Casa Blanca ya ha anunciado que Trump firmará el nuevo paquete de sanciones contra Rusia, que entre otras medidas, amenaza con castigar a las empresas de terceros países que inviertan en la construcción o mantenimiento de las infraestructuras rusas para el transporte de hidrocarburos. De aplicarse, este extremo perjudicaría a numerosas empresas de la Unión Europea que participan, incluso con capital accionarial, en varios gasoductos que unen Rusia con los países europeos. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha advertido de que la UE responderá a EEUU en caso de que la nueva ley contra Rusia afecte a sus intereses.
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