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lunes, 2 de octubre de 2017

Serbia 1999: el furtivo F117 de EEUU herido a muerte



En 2009 conocí al teniente coronel Dorde Anicic, cuando preparaba el documental titulado Ángel misericordioso.

En aquellos días primaverales pude encontrarme con muchas personas que habían repelido, heroicamente, los ataques de la armada de la OTAN. En Bruselas y en la OTAN soñaban despiertos con poner de rodillas rápidamente a Serbia y quebrantar el espíritu de los indómitos serbios. Pero nada de eso iba a resultarles. Pues, el Ejército Popular de Yugoslavia y sus fuerzas antiaéreas resultaron ser más astutas que los estrategas de la alianza noratlántica. Dorde Anicic lo recordaba así:

—La agresión comenzó el 24 de marzo, hacia el atardecer. Más de seiscientos aviones participaron en el primer ataque a Yugoslavia. De entrada fueron atacados con cohetes los puntos de mando y las instalaciones antiaéreas del Ejército de Yugoslavia. Ellos se proponían causar, literalmente, en las primeras horas el mayor daño a nuestro Ejército. Pero todo fue en vano y el mando de la OTAN entendió que iba a ser muy difícil poner fuera de combate las fuerzas antiaéreas yugoslavas. De ahí que fue creada una brigada aérea especia, formada por ciento cincuenta aviones modernos, destinados para destruir los sistemas antiaéreos de Belgrado. Nosotros contábamos entonces con varias decenas de sistemas SAM-3, un sistema balístico de tercera generación. Mientras que la aviación de la OTAN disponía ya de la sexta generación de armamentos.

Casi toda Europa más EEUU y estamos hablando de unos seiscientos millones de habitantes, se lanzó en guerra contra un pequeño país de diez millones de habitantes. Aquella fue una exhibición de la fuerza de la OTAN, la que de alianza defensiva se convirtió en agresiva en un santiamén.

Aquella fue la obertura, antes de arrebatarnos Kosovo. Con el paso de los días, la cantidad de aviones que participaban en la guerra contra nosotros iba en aumento. Y, sin embargo, la OTAN fue incapaz de eliminar nuestro sistema de defensa antiaérea. Nos empeñamos en defendernos dignamente, cambiábamos a menudo de posiciones, engañábamos continuamente al enemigo obligándolo a librar la guerra no solo de noche, sino también de día. Al término de la agresión desde las bases aéreas de la OTAN despegaban, diariamente, más de un millar de aviones. Aquella forma de organizar la defensa del país sirvió a su dirección para ganar tiempo y lograr que los albanokosovares y sus padrinos occidentales no pudieran salir de inmediato del seno de Yugoslavia. De suerte que la OTAN no pudo aplastar a Serbia y ponerla de rodillas. La paz fue pactada en la condiciones de Belgrado y en Kosovo entraron no las fuerzas agresoras de la OTAN, sino los cascos azules con el emblema de la ONU.

Los norteamericanos no querían largo tiempo reconocer que, la pequeña Serbia con su material de guerra que definían de obsoleto, había logrado no solo mantenerse en pie los setenta y nueve días de la agresión, sino que causar además un daño considerable al Pentágono. La brigada justamente del teniente coronel Dorde Anicic derribó un F111A. Le pregunté, ¿qué más había logrado derribar en aquella primavera de 1999?

—Nuestra brigada derribó tres aviones, reconocidos por el enemigo, más otros dos que los de la OTAN no quisieron reconocer documentadamente. Al tercer día de la guerra, el 27 de marzo, a las 20.42 horas, la brigada derribó un avión singularmente protegido un F117 construido según la denominada tecnología furtiva Stealth. La Fuerza Aérea de EEUU tenía entonces una dotación de cincuenta y nueve de tales aviones. Se pensaba que justamente los F111 iban a ser la máquina principal para el Ejército de EEUU hasta 2025. Pero también derribamos un F-16 SG. El piloto de ese avión había participado en la guerra en el golfo Pérsico y en otras operaciones importantes de la Fuerza Aérea del país. Nosotros logramos aquella vez interrumpir sus exitosos vuelos. Aquello sucedió en la noche del 1 al 2 de mayo. Y el 19 de mayo derribamos un B2A. Aquel avión vino a desplomarse no lejos de Serbia en el territorio de Croacia. En los tres meses de guerra logramos atacar un F117 más, el que solo sufrió daños y pudo volar hasta Bosnia donde aterrizó en un aeródromo. Existen declaraciones de especialistas que confirman que un Stealth más fue alcanzado por un cohete nuestro. Nosotros justamente logramos causar un daño material considerable a los norteamericanos. Y es que, ellos apostaban mucho a sus aviones furtivos Stealth, el que pensaban vender como pan caliente en todo el mundo. Se trataba de un pedido por cientos de miles de millones de dólares, pero después de 1999, esos jugosos planes se vinieron al suelo como algunos de sus aviones. Los clientes se negaron a comprarlos y en marzo de 2008 el F117 era retirado del armamento norteamericano.

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