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viernes, 14 de septiembre de 2018

EEUU no quiere reconocer su derrota en Siria



El cinismo norteamericano no deja de sorprender. Al darse cuenta Washington de que su último bastión en Siria, la provincia de Idlib, donde están unos 50.000 terroristas que tanto le ha costado a EEUU entrenar y armar, está a punto de ser tomado por Damasco, los líderes tomaron la decisión de recurrir a los 'fake news' para no ser derrotados.

Si tenemos que usar la fuerza, es porque somos Estados Unidos.
Somos la nación indispensable. Vemos más allá en el futuro
(ex secretaria de Estado Madeleine Albright)

Como es bien sabido, enseguida acusaron al presidente de Siria, Bashar Asad, de aprobar un ataque químico contra Idlib. Posteriormente, trasladaron a sus mercenarios de los Cascos Blancos a la ciudad de Yisr al Shugur, la 'capital' de Tahrir al Sham —antes llamado Frente al Nusra, una ramificación de Al Qaeda— en la región para que graben un supuesto ataque con cloro gaseoso contra la población civil en cuatro ciudades de la provincia.

Según los datos de los defensores humanos, 30 miembros de los Cascos Blancos llegaron de Turquía con latas de cloro gaseoso suministradas por la compañía de seguridad británica Olive, cuyos miembros participarían también en el simulacro de una operación de rescate. La prensa globalizada como Al Jazeera, Reuters, Agence France Press, DPA, Associated Press, CNN, FOX News, entre otras, se trasladó enseguida a Idlib para 'informar sobre el ataque del Ejército de Siria con gases químicos' contra la población de Idlib. Este ataque bajo falsa bandera ya estaba desde hace tiempo en los planes de la Casa Blanca para asegurar su permanencia en Idlib. En agosto, la embajadora de EEUU ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, advirtió que "Washington sabe quién va a usar armas químicas en Idlib".

A la vez, el 22 de agosto pasado, el asesor de Donald Trump en materia de seguridad nacional, John Bolton, amenazó al Gobierno de Siria diciendo que "si Damasco decide usar armas químicas, nosotros responderemos con tanta fuerza, que ellos (los sirios) van a lamentarlo durante mucho tiempo". El simulacro de ataque con armas químicas es necesario para que EEUU preserve unos 50.000 terroristasdel Estado Islámico, de Ahrar al Sham, de Tahrir al Sham (Al Qaeda), de Jabhat Fateh al Sham (Frente al Nusra), cuyos militantes en su mayoría son extranjeros procedentes de unos 100 países, entre ellos de Uzbekistán y Chechenia (Rusia), según el Centro Ruso para la Reconciliación en Siria.

A medida que el Ejército Árabe Sirio liberaba el país, los terroristas se aprovechaban de la iniciativa de las Naciones Unidas de crear 'corredores humanitarios' para los combatientes que querían abandonar la resistencia al Gobierno sirio y trasladarse a otros pueblos. Así, poco a poco, y también con la ayuda de EEUU, Israel y Arabia Saudí, los muyahidines se trasladaron de Alepo, Al Raqa, Homs, Guta Oriental, Daraa, Al Quineitra y otras ciudades liberadas a Idlib.

El enviado especial de EEUU ante la Coalición Global para derrotar al Estado Islámico, Brett H. McGurk, declaró el año pasado, que "que la provincia de Idlib es el refugio seguro más grande para Al Qaeda desde el 11S". Estados Unidos, Israel y Arabia Saudí necesitan a sus 'extremistas' para una futura tarea relacionada con el cambio de régimen en Siria, Irán y Yemen, el último país es considerado por los estrategas de Washington como uno de los lugares claves para reducir la influencia de Irán en Oriente Medio.

Sin sus 'extremistas' el Pentágono ya hubiera perdido su base militar en Al Tanaf en Siria desde donde se planifica un futuro ataque contra Irán. Desde afuera, esta base de los marines está protegida por el Estado Islámico. Los rusos ya advirtieron a los norteamericanos sobre un posible ataque contra los terroristas alrededor de Al Tanaf. Tampoco hay que olvidar que miles de estos terroristas fueron trasladados por la CIA a Afganistán para reforzar el pretexto de permanencia de las tropas norteamericanas en aquel país.

Actualmente, la ciudad de Idlib está rodeada por soldados del Gobierno sirio, destacamentos iraníes y miembros de Hizbulá libanés, de acuerdo con la información publicada por Debka. Los aviones rusos ya hicieron más de 70 ataques aéreos contra las instalaciones militares y depósitos de armamentos de los terroristas en Idlib, lo que alarmó a Washington.

El presidente de EEUU, Donald Trump, no esperó para advertir que "el presidente Bashar Asad no debe atacar la provincia de Idlib. Los rusos e iraníes harían un gran error humanitario al participar en la tragedia humana" que produciría unos 800.000 refugiados. Idlib es una provincia noroccidental de Siria que limita con Latakia, Alepo, Hama y está en la frontera con Turquía. Precisamente, desde Idlib los extremistas islámicos han lanzado drones con explosivos contra la base militar rusa Hmeymim ubicada en Latakia. Ya más de 70 de estos aparatos fueron destruidos por los sistemas antiaéreos rusos.

En la reciente reunión realizada en Teherán entre el presidente de Irán, Hasán Rohaní, su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, y el presidente ruso, Vladímir Putin, no se logró un consenso sobre el ataque final contra los yihadistas en Idlib debido a la decisión de Turquía de promover la "aceptación del alto el fuego para evitar el derrame de sangre" y no confundir a las fuerzas de la oposición al Gobierno de Bashar Asad con los terroristas. En realidad, esta posición de Turquía, que coincide con la opinión de Donald Trump, refleja los intereses turcos orientados hacia la incorporación de la provincia de Idlib en su territorio.

Los turcos están a favor de una "operación internacional de contrainteligencia con el apoyo del Ejército Libre Sirio" (ELS), estacionado en Afrin, Azaz, Garabalus y Al Bab. Antes, esta agrupación opositora al Gobierno actual de Siria era financiada y armada por el Pentágono y la CIA, pero debido a su incapacidad y su falta de voluntad de combatir, los norteamericanos decidieron abandonarla. Los turcos se aprovecharon de esta situación y tomaron control de unos 35.000 supuestos combatientes del ELS. Actualmente, Turquía tiene estacionados en Siria cerca de 30.000 de sus soldados.

Ni Rusia ni Irán están de acuerdo con la posición de Turquía de separar a los yihadistas en 'buenos y malos', pues para estos países 'el mejor yihadista es el yihadista muerto'. Según Fox News, Vladímir Putin subrayó la necesidad de "la aniquilación total de terroristas en Siria" para que Damasco retome su territorio nacional mientras que el presidente de Irán, Hasán Rohaní, consideró como inevitable una operación de contrainteligencia para "limpiar Idlib de terroristas".

Mientras, Estados Unidos no quiere perder Idlib como su última 'fortaleza' en Siria y sus aliados europeos tienen miedo, según el ministro de Relaciones Exteriores de Francia, Jean-Yves Le Drian, que el ataque del Ejército sirio con la ayuda de los rusos "haría dispersar a unos 15.000 terroristas procedentes de Europa, muchos de los cuales retornarán a sus países, lo que pondría en peligro la seguridad nacional de la Unión Europea". Le Drian se solidarizó con la posición de Turquía oponiéndose a la ofensiva militar siria-rusa en Idlib.

A pesar de la oposición turca, el Gobierno de Bashar Asad está decidido a tomar la provincia de Idlib y lo único que lo retiene es la presencia de tropas turcas en ciertas zonas de la provincia. Todo es cuestión de tiempo. No le quedará a Turquía otra alternativa que dar su visto bueno a la ofensiva. Estados Unidos frente a esta situación no podrá hacer mucho excepto escenificar otra provocación bajo 'falsa bandera' utilizando un supuesto ataque químico por parte de Damasco y bajo este pretexto bombardear las tropas del Gobierno sirio que han rodeado Idlib. Y después, ¿que podrán hacer?

No tienen tropas, sus mercenarios muyahidines están desorganizados peleando entre ellos y su exaliado turco, Erdogan, está envuelto en un juego geopolítico con Irán y Rusia en este momento para preservar los intereses de Turquía en la región. El Pentágono envió al destructor USS The Sullivans al golfo Pérsico con 56 misiles de crucero y estacionó el bombardero estratégico B-1B, equipado con 24 misiles aire-tierra, en la base aérea de Catar, Al Udeid.

No obstante, los generales norteamericanos saben perfectamente que varios buques de guerra y submarinos rusos también están en la misma zona. Washington está tratando también de convencer a sus aliados franceses, británicos y alemanes para que participen en posibles ataques contra Siria a sabiendas de las limitaciones bélicas de sus principales aliados de la OTAN.

Todo es cuestión de usar los medios de comunicación con gran despliegue al estilo del nuevo autoproclamado 'sheriff' del mundo, el asesor de seguridad nacional de Donald Trump, John Bolton, quien amenazó a Asad con una acción "muy dura y muy fuerte" contra Damasco. También los medios de comunicación globalizados 'filtraron' información supuestamente reservada de que el Pentágono no descarta la posibilidad de bombardear también a las posiciones rusas en Siria.

Todos saben que sería una acción completamente absurda que podría desatar una guerra ya mundial para la cual ni EEUU ni sus aliados de la OTAN e Israel están preparados, especialmente ahora cuando se estrechó la alianza militar entre Rusia y China durante los últimos ejercicios militares Vostok. Irán también es parte de esta unión que le asegura la supervivencia frente a la agresividad de Estados Unidos e Israel.

Recientemente, el renombrado profesor de las universidades de Columbia y Harvard, Jeffrey Sachs, explicó en dos minutos en el MSNBC Morning News la guerra en Siria: "sucedió debido a nosotros. Empezamos la guerra para acabar con Asad. Fue una guerra encubierta, nunca debatida en el Congreso, nunca explicada al pueblo americano. Hemos creado un caos… un desastre producido por la CIA, por Arabia Saudí, quienes usaron al Estado Islámico, lo que provocó la entrada de Rusia en el escenario sirio… Son el Pentágono y la CIA queriendo mantener a Rusia e Irán fuera de Siria. Pero no hay manera de hacerlo. Desatamos una guerra de poder que ya ha cobrado 600.000 vidas sirias y obligó a desplazarse a 10 millones de habitantes del país… Lo que tenemos que hacer ahora es irnos de Siria y dejar de lanzar de misiles para evitar una confrontación con Rusia".

¡Ojalá que los gobernantes norteamericanos lo entiendan!

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