Quedó demostrado. El diputado y autoproclamado presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, mintió al mundo cuando acusó al Gobierno de Nicolás Maduro de incendiar los camiones con 'ayuda humanitaria' y también en cuanto a sus contenidos. Así lo desveló una investigación realizada por el periódico The New York Times [NYT]. Guaidó, quedó quemado.
La noticia, ilustrada mediante vídeos irrefutables –pese al ocultamiento del Gobierno de Colombia de los 13 minutos previos y comprometedores al lanzamiento de la bomba casera que derivó en el incendio del camión, según el NYT– ve la luz en pleno apagón de energía eléctrica que padece el país caribeño, considerado por Maduro como el producto de un ataque cibernético de parte de EEUU.
Apagón también es el que de esta manera el New York Times provocó a Guaidó. No obstante, la noticia no corrió como reguero de pólvora como podía esperarse en la prensa internacional: casi ningún medio del mainstream de Occidente habla de ello.
Quedó claro que desde el lado colombiano de la frontera, por donde se pretendió forzar la entrada de la 'ayuda humanitaria' estadounidense –en todo caso, Colombia también necesita ayuda humanitaria real– se esmeraron muy poco para evitar que los seguidores de Guaidó, atacaran a las fuerzas del orden venezolanas que en ningún momento respondieron con esa peligrosidad a sus atacantes.
El analista militar Juan Aguilar señala que "está claro que el día 23 de febrero […] la oposición venezolana guiada y dirigida desde Miami por [el senador estadounidense] Marco Rubio y la Administración norteamericana, lo que intentaban crear era un casus belli".
No obstante, el NYT de alguna manera disculpa el incendio del camión causado por los seguidores y patrocinadores de Guaidó: "parece que fue la misma oposición —y no los hombres de Maduro— quien accidentalmente prendió fuego al camión". Para empezar, porque ese 'accidente' no hubiera ocurrido si los guarimberos de Guaidó no estuvieran atacando a las fuerzas del orden venezolanas con bombas incendiarias, que en cualquier otro país, incluidos latinoamericanos, europeos, o el propio EEUU, hubiera recibido otro tipo de respuesta.
"Hay imágenes de ese día. Se lanzaron decenas de cócteles molotov. Es más, es curioso [que] el primer camión que está cercano al puesto fronterizo, ese no arde, arden los dos siguiente de atrás porque es [la distancia] donde alcanzaban las botellas inflamables lanzadas por los guarimberos", observa Aguilar.
Llegados a este punto, por un lado están los hechos demostrados por la investigación del NYT, y por otro, lo que dijo Guaidó, desde ese mismo lado colombiano, flanqueado y bendecido por el presidente, Iván Duque, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro: "Maduro ordenó el incendio y destrucción de camiones con comida y medicamentos", disparó ante el gesto adusto y mirada de circunstancia de quienes le rodeaban.
Esta imagen no deja de ser sintomática, en opinión de Aguilar. "En aquel momento, en ese día, ellos tenían el convencimiento de que las Fuerza Armada [Bolivariana] se iba a desmoronar, que iba a quitar del poder a Maduro, que iban a ganar y que iba a ser un paseo. En función de eso se permitió alegremente mentir de una forma tan descarada y casi tan infantil".
"El problema es que cuando eso no ha sucedido, cuando vemos que pasan los días y las semanas y este señor [Guaidó] sólo manda en la oficina del despacho en el que está metido desde donde graba sus mensajitos para YouTube, entonces le vemos como un personaje ridículo, quemado. Este era un hombre que estaba destinado a ser quemado dentro de un plan mucho más general de asalto a un régimen político y a una nación soberana como Venezuela", subraya el analista.
En ese mensaje, Guaidó hizo un tres por uno: lanzó tres mentiras de una vez, y en una línea. Y es que la investigación del periódico norteamericano también demuestra, aparte de que Maduro no ordenó el incendio, que entre esa 'ayuda humanitaria', ni había comida, ni había medicamentos. Es lo que se puede leer en el rotativo:
"La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), principal proveedor de la ayuda que estaba en el puente para ser cruzada desde Cúcuta, no tenía medicamentos listados entre los objetos que anunció como donación. Un funcionario de alto nivel que estaba en el puente ese día de febrero le dijo a The New York Times que el envío quemado contenía suministros como guantes y tapabocas, pero no medicamentos. Videos revisados por el Times muestran que algunas cajas tienen kits de cuidado e higiene, que, según lo que los estadounidenses identificaron en sus listas, tenían suministros como jabón y pasta dental".
Entonces, desde los niveles más altos retuitearon la mentira de Guaidó. En este sentido, el NYT llama las cosas por su nombre: "El día del incendio el Gobierno de Colombia estuvo entre quienes promovieron la teoría de que Maduro era responsable de ordenar el incendio. La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez publicó una fotografía de lo que llamó 'Uno de los camiones incinerados por los colectivos por orden de Maduro. Prefiere destruir comida y medicamentos que alimentar y sanar las enfermedades de su pueblo'".
Días más tarde, también puso su granito de manipulación y engaño para afianzar el contubernio el asesor de seguridad nacional de Donald Trump: "Maduro ha mentido sobre la crisis humanitaria en Venezuela; contrata a criminales para quemar comida y medicamentos destinados para el pueblo venezolano".
En este sentido, el analista afirma que "estos señores no dudaron en utilizar todo tipo de artes sucias, entre ellas, la mentira más descarada. Porque hay que ser muy descarado y muy sinvergüenza para lanzar una mentira tan evidente".
Desde entonces, no se sabe nada de ninguno de los personajes que mintieron al mundo sobre el incendio del camión y de la 'ayuda humanitaria' en sí, en el sentido de una retractación. Ni de ellos, ni de toda la comparsa política y mediática que abona su juego. Y así se refleja también en las redes sociales.
"Claro, cuando la operación falla, lo que se hace es taparse", explica Aguilar. Al final, el fuego que provocó el cóctel molotov que incendió el camión con la 'ayuda humanitaria', alcanzó a Guaidó, quien terminó quemado.
"Guaidó es un hombre que estaba para ser quemado. […] Su única función es provocar la fractura, crear las condiciones del enfrentamiento y de estallido social; que permita la intervención exterior excusándose en la ayuda humanitaria, en la represión contra el pueblo", concluye Juan Aguilar.
"Hay imágenes de ese día. Se lanzaron decenas de cócteles molotov. Es más, es curioso [que] el primer camión que está cercano al puesto fronterizo, ese no arde, arden los dos siguiente de atrás porque es [la distancia] donde alcanzaban las botellas inflamables lanzadas por los guarimberos", observa Aguilar.
Llegados a este punto, por un lado están los hechos demostrados por la investigación del NYT, y por otro, lo que dijo Guaidó, desde ese mismo lado colombiano, flanqueado y bendecido por el presidente, Iván Duque, y el secretario general de la OEA, Luis Almagro: "Maduro ordenó el incendio y destrucción de camiones con comida y medicamentos", disparó ante el gesto adusto y mirada de circunstancia de quienes le rodeaban.
Esta imagen no deja de ser sintomática, en opinión de Aguilar. "En aquel momento, en ese día, ellos tenían el convencimiento de que las Fuerza Armada [Bolivariana] se iba a desmoronar, que iba a quitar del poder a Maduro, que iban a ganar y que iba a ser un paseo. En función de eso se permitió alegremente mentir de una forma tan descarada y casi tan infantil".
"El problema es que cuando eso no ha sucedido, cuando vemos que pasan los días y las semanas y este señor [Guaidó] sólo manda en la oficina del despacho en el que está metido desde donde graba sus mensajitos para YouTube, entonces le vemos como un personaje ridículo, quemado. Este era un hombre que estaba destinado a ser quemado dentro de un plan mucho más general de asalto a un régimen político y a una nación soberana como Venezuela", subraya el analista.
En ese mensaje, Guaidó hizo un tres por uno: lanzó tres mentiras de una vez, y en una línea. Y es que la investigación del periódico norteamericano también demuestra, aparte de que Maduro no ordenó el incendio, que entre esa 'ayuda humanitaria', ni había comida, ni había medicamentos. Es lo que se puede leer en el rotativo:
"La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), principal proveedor de la ayuda que estaba en el puente para ser cruzada desde Cúcuta, no tenía medicamentos listados entre los objetos que anunció como donación. Un funcionario de alto nivel que estaba en el puente ese día de febrero le dijo a The New York Times que el envío quemado contenía suministros como guantes y tapabocas, pero no medicamentos. Videos revisados por el Times muestran que algunas cajas tienen kits de cuidado e higiene, que, según lo que los estadounidenses identificaron en sus listas, tenían suministros como jabón y pasta dental".
Entonces, desde los niveles más altos retuitearon la mentira de Guaidó. En este sentido, el NYT llama las cosas por su nombre: "El día del incendio el Gobierno de Colombia estuvo entre quienes promovieron la teoría de que Maduro era responsable de ordenar el incendio. La vicepresidenta Marta Lucía Ramírez publicó una fotografía de lo que llamó 'Uno de los camiones incinerados por los colectivos por orden de Maduro. Prefiere destruir comida y medicamentos que alimentar y sanar las enfermedades de su pueblo'".
Días más tarde, también puso su granito de manipulación y engaño para afianzar el contubernio el asesor de seguridad nacional de Donald Trump: "Maduro ha mentido sobre la crisis humanitaria en Venezuela; contrata a criminales para quemar comida y medicamentos destinados para el pueblo venezolano".
En este sentido, el analista afirma que "estos señores no dudaron en utilizar todo tipo de artes sucias, entre ellas, la mentira más descarada. Porque hay que ser muy descarado y muy sinvergüenza para lanzar una mentira tan evidente".
Desde entonces, no se sabe nada de ninguno de los personajes que mintieron al mundo sobre el incendio del camión y de la 'ayuda humanitaria' en sí, en el sentido de una retractación. Ni de ellos, ni de toda la comparsa política y mediática que abona su juego. Y así se refleja también en las redes sociales.
"Claro, cuando la operación falla, lo que se hace es taparse", explica Aguilar. Al final, el fuego que provocó el cóctel molotov que incendió el camión con la 'ayuda humanitaria', alcanzó a Guaidó, quien terminó quemado.
"Guaidó es un hombre que estaba para ser quemado. […] Su única función es provocar la fractura, crear las condiciones del enfrentamiento y de estallido social; que permita la intervención exterior excusándose en la ayuda humanitaria, en la represión contra el pueblo", concluye Juan Aguilar.
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