El mandatario ruso dio instrucciones necesarias al Ministerio de Defensa del país euroasiático para la firma de un acuerdo, que ya había recibido la pasada semana el visto bueno del primer ministro, Mijaíl Mishustin, con el Gobierno de Sudán para la apertura de una instalación naval rusa en las costas del mar Rojo, recoge un decreto presidencial publicado el lunes por el Kremlin.
El documento señala que el futuro arreglo entre Moscú y Jartum, que tendrá una vigencia de 25 años, para el establecimiento del centro logístico naval “responde al interés de mantener la paz y la estabilidad en la región, posee un carácter netamente defensivo y no está dirigido contra ningún otro estado”.
La nueva instalación, según la nota rusa está destinada a construirse en las cercanías de Port Sudán y podrá albergar hasta 300 militares y civiles y mejorará la capacidad de Rusia para operar en el Océano Índico.
El punto de apoyo logístico se utilizaría para operaciones de reparación y reabastecimiento de reservas y así como un lugar para el descanso de las tripulaciones de los buques rusos propulsados con energía atómica en parada técnica, agrega el escrito, no sin antes subrayar que los barcos dotados de sistemas de energía atómica se amarrarán en el puerto sudanés con el estricto respeto y cumplimiento de normas de seguridad nuclear y ecológicas.
El territorio ocupado por el centro naval de servicios incluirá una zona costera y una cuenca naval en el área del muelle de acceso. La parte sudanesa tiene derecho a emplear ese muelle en coordinación con la jefatura rusa.
En los últimos dos años, Rusia ha enviado tropas a varios países africanos y está cerrando acuerdos militares con decenas de Estados, movimientos todos ellos que ponen de relieve su regreso al continente africano, rico en minerales y recursos naturales, como gas y petróleo.
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