El Ministerio de Defensa de Rusia informó el pasado martes de que el buque antisubmarinos Admiral Vinogradov, de la Flota del Pacífico, tuvo que intervenir advirtiendo al destructor USS John McCain de la Armada estadounidense de que, si no quería ser objeto inmediato de una interceptación marítima, cambiara de rumbo y dejara de seguir adentrándose en las aguas del golfo de Pedro el Grande en el mar de Japón, pues estaba violando de modo flagrante las aguas territoriales de la costa pacífica de la Federación Rusa.
Acto seguido, el destructor se dirigió a las aguas internacionales, de acuerdo con Defensa rusa, que precisó que no hubo más intentos de adentrarse en la zona rusa por parte del buque estadounidense.
“El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia emite una firme protesta por este incidente. Lo consideramos como una provocación flagrante destinada a socavar la paz y el buen orden”, reza un comunicado emitido este sábado por la Cancillería rusa.
“Instamos insistentemente a EE.UU. a que se abstenga de tales aventuras en un futuro, pues, en caso contrario la responsabilidad de las posibles consecuencias será de los Estados Unidos. Nos reservamos el derecho a acciones de respuesta”, advierte la declaración ministerial.
En la nota se hace constar que Rusia considera que Washington violó intencionadamente tanto el derecho internacional como la legislación rusa con el fin de “poner en duda el estatus jurídico del golfo de Pedro el Grande”, aunque precisa que no ha logrado sus intenciones y que su acto no ha creado ningún precedente.
Tras recalcar que cualquier intento de negar la soberanía rusa sobre dichas aguas es inadmisible, el texto denuncia que EE.UU. ha optado por recurrir a métodos de intimidación para defender sus intereses hegemónicos en política exterior.
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