La construcción del gasoducto Nord Stream 2, que ha entrado en una de sus fases finales, está a punto de colapsar, comunicó una fuente del Gobierno de EEUU. Washington sigue aumentando la presión para sancionar a las empresas europeas que participan en este proyecto. Sin embargo, la iniciativa no está tan "moribunda" como afirman en la Casa Blanca.
Este gasoducto "no se está llevando a cabo" por lo que parece estar "moribundo", señaló a la agencia de noticias alemana DPA un alto representante del Gobierno estadounidense que prefirió mantenerse en el anonimato.
Según el interlocutor, las autoridades del país norteamericano han identificado a varias empresas y personas que pueden verse amenazadas por las nuevas restricciones que en estos momentos está preparando Washington. Actualmente el Gobierno está contactando con las partes involucradas para informarlas sobre esta amenaza.
"Estados Unidos no quiere imponer sanciones a las empresas europeas. Estamos haciendo estas llamadas para advertirles y darles tiempo para que salgan. En vez de invertir más dinero en el Nord Stream 2 y en las actividades relacionadas, sería mejor que las empresas utilizasen cláusulas de fuerza mayor para suspender su participación" en el proyecto, señaló la fuente, citada por el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung.
Otra ofensiva de EEUU
Las nuevas sanciones, que podrían obstaculizar uno de los proyectos gasísticos más importantes de Europa y Rusia, han sido incluidas en el proyecto de ley anual sobre la defensa preparada en EEUU. Con las nuevas restricciones se busca penalizar a las empresas que faciliten la construcción del gasoducto, incluidos los buques que ayudan a tender tuberías sobre el fondo del Báltico o retirar las formaciones rocosas en su lecho marino.
Las sanciones también se dirigen a las empresas que proporcionan seguros o pólizas secundarios para la construcción y la certificación del tramo del gasoducto tendido en Dinamarca. Esta iniciativa elaborada por los legisladores estadounidenses se convertiría en ley solo cuando ambas cámaras del Congreso la aprueben y el presidente estadounidense firme el respectivo documento.
En diciembre del 2019 EEUU aprobó la Ley de Protección de Seguridad Energética de Europa conocida como PEESA (por sus siglas del inglés) a pesar de que este documento había sido duramente criticado en Alemania y Rusia. En el marco de aquella iniciativa se preveía sancionar a los buques especiales que tendieron tuberías en el Báltico. Como resultado, el mayor contratista en esta esfera, la empresa suiza Allseas, se vio obligado a retirarse del proyecto.
¿Ya es tarde para nuevas sanciones?
Sin embargo, parece que en Moscú no temen mucho a la nueva amenaza proveniente de Washington. En el gigante energético ruso Gazprom señalaron que el Nord Stream 2 recibió financiamiento de sus socios antes de que apareciera la información sobre las nuevas sanciones. El vicepresidente de la empresa, Aleksandr Medvedev, destacó que la francesa Engie, la austriaca OMV, la británico-neerlandesa Shell y las alemanas Uniper y Wintershall consiguieron hacer a tiempo su contribución y sus recursos ya han empezado a utilizarse.
En Uniper, por su parte, enfatizaron que los ataques de Washington contra el Nord Stream 2 representan una evidente "invasión" que afecta la "soberanía europea".
"Alemania ha reafirmado su apoyo político al Nord Stream 2, tomando en consideración el papel que desempeña el gasoducto en la seguridad energética", destacaron los representantes de la empresa citado por el periódico teutón.
A su vez, el presidente del Comité Oriental de Negocios Alemanes, Oliver Hermes, comunicó que desde junio la Administración Trump ha estado tratando de utilizar sus embajadas en la UE para presionar a las empresas europeas.
"Las empresas europeas que participan en los proyectos Nord Stream 2 y Turk Stream los implementan en pleno cumplimiento de la legislación europea. Las sanciones extraterritoriales de Estados Unidos contra los participantes son una interferencia inadmisible en el derecho internacional. El Gobierno Federal y la Comisión de la UE lo han dejado claro en repetidas ocasiones", señaló.
Además, instó a la Administración saliente en Washington a respetar la soberanía europea y volver a cooperar de manera integral con las autoridades alemanas y europeas.
¡Que viva el proyecto!
Si bien la Casa Blanca pasó a chantajear directamente a los países de la UE, no todos los expertos comparten los augurios pesimistas sobre el Nord Stream 2. Uno de ellos es el economista y experto industrial independiente Leonid Jazánov.
"La industria estadounidense depende en gran medida del mercado del Viejo Continente, y los intentos de Washington de impedir que se complete la construcción del gasoducto podrían empujar a toda la UE o a varios países en concreto a aprobar una serie de contramedidas", destacó.
Si Washington continúa poniendo trabas al proyecto, se arriesgará a perder automáticamente la confianza de sus aliados políticos en la OTAN, advirtió Jazánov.
De todas maneras, al asumir la presidencia de EEUU el candidato demócrata Joe Biden tendrá que lidiar con los problemas internos, lo que le podría ocupar una gran parte de su tiempo. En particular, en el frente económico Biden tendrá mucho trabajo por hacer.
En el segundo trimestre el PIB de EEUU se desplomó un 31,4%. Si bien entre julio y septiembre este indicador macroeconómico se disparó un 33%, aún se mantuvo un 3,5% por debajo del máximo alcanzado antes de la crisis, en el cuarto trimestre de 2019, señaló Diane Swonk, economista en jefe de la empresa Grant Thornton.
Esto significa que seguimos estando tan abajo como lo estuvimos durante el apogeo de la Gran Recesión en 2008-09", escribió Swonk en su cuenta en Twitter.
Mientras tanto la demanda del gas ruso en Europa sigue siendo alta mientras que los precios del combustible azul continúan creciendo en el mercado spot europeo en vísperas del inicio del invierno en el hemisferio norte del planeta.
"Desde agosto, la producción de gas en Rusia ha ido en aumento, con casi 63.000 millones de metros cúbicos producidos en octubre, un 13% por encima de lo extraído en septiembre y en octubre del 2019. Esto señala a un aumento de la demanda, principalmente en el extranjero", recordó en una conversación con Sputnik Natalia Milchakova, vicedirectora del centro de información y análisis, subdirectora del centro Alpari.
Otro factor que beneficiará el proyecto ruso es la política energética de Biden o el llamado "curso verde", que prevé gastar dos billones de dólares para solucionar los problemas relacionados con el cambio climático. En particular, el político demócrata prometió aplicar medidas que le permitan a EEUU descarbonizar la electricidad en el 2035 y alcanzar el nivel de cero emisiones de dióxido de carbono en el 2050.
Sin embargo, la tendencia global a usar más energía verde también puede resultar beneficiosa para Rusia ya que no solo el gas natural sino también el hidrógeno puede ser transportado a través de su gasoducto. Y la demanda de este combustible es potencialmente muy alta en Europa, recuerda la analista rusa.
"La nueva Administración no necesitará en absoluto un conflicto con Europa. Tras su investidura, Biden tendrá que restablecer las relaciones dañadas con la Unión Europea, y sobre todo con Alemania, porque sin esto será imposible reforzar la OTAN", concluye Milchakova.
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