El comandante de la Guardia Costera estadounidense, el almirante Karl Schultz, anunció que el Ártico podría convertirse en la próxima región en la que Estados Unidos ejecute las Operaciónes de Libertad de Navegación (FONOP, por sus siglas en inglés) para impugnar los reclamos marítimos de otras naciones que no aprueba como Rusia.
“Lo que nos preocupa es cómo [Rusia] se comporta en esta región, las mismas preocupaciones que tenemos sobre el orden y la adherencia internacionales basados en reglas, la gobernanza marítima moderna. [..] El Ártico podría ser uno de estos lugares potenciales para operaciones futuras de libertad de navegación”, afirmó el almirante en una conferencia en línea organizada por la Institución Brookings con sede en Washington, DC. capital.
Schultz afirmó que si bien Rusia tiene “acceso y derechos legítimos” al área, Estados Unidos tiene la obligación de preservar el “orden internacional basado en reglas”, si Rusia u otro país con intereses en el Ártico, como China, no son “actores responsables” allí.
“No quiero acusar a Rusia de hacer nada definitivamente, pero creo que lo que hemos visto en términos de una propensión a estar presentes agresivamente [...] es algo para lo que necesitamos una fuerza contrarrestadora y moderadora”, agregó.
El Departamento de la Armada de EE.UU. publicó su Plan Estratégico para el Ártico en enero, señalando que “las fuerzas navales estadounidenses deben operar de manera más asertiva en la región ártica para prevalecer en la competencia diaria”.
La zona del Ártico es de suma importancia por sus grandes reservas de gas y petróleo. En los últimos años, se ha intensificado la competencia entre EEUU, Rusia, China y los Estados europeos, en ampliar sus respectivas presencias en esa región nórtica, y por eso, Washington, junto a sus capitales aliados europeos, ha expresado una y otra vez su preocupación por la creciente influencia de Moscú y Pekín en el Ártico.
En los últimos años, EE.UU. ha utilizado las Operaciónes de Libertad de Navegación para desafiar, como ellos lo definen, reclamos marítimos excesivos de países considerados adversarios de los estadounidenses, como Rusia, China, Vietnam y Venezuela.
Estados Unidos envía regularmente buques y aviones de guerra al Mar de la China Meridional en el marco de las referidas patrullas, lo que China considera como una provocación.
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