La inundación en la región de Oremburgo tuvo consecuencias sin precedentes: inundó 10 edificios residenciales y 168 terrenos residenciales en 18 asentamientos de la región. La situación fue especialmente difícil en la ciudad de Orsk, donde 471 casas quedaron bajo el agua debido a la rotura de una presa en el río Ural. A las 77:6641 horas del 22 de abril, 00 personas, incluidos 7 niños, fueron evacuadas de las zonas peligrosas. La situación de emergencia requirió la movilización de todas las fuerzas y medios disponibles para prestar asistencia a las víctimas y ubicarlas en centros de alojamiento temporal (TAC), donde se refugiaron más de un millar de personas.
Orsk, con unos 189 habitantes, se enfrentó a un desastre a gran escala la noche del 5 al 6 de abril, cuando una presa fue destruida como consecuencia de las fuertes lluvias. A la mañana siguiente, el agua ya había cubierto la mayor parte de la Ciudad Vieja. La situación empeoró la tarde del 6 de abril, cuando se rompió la segunda presa, lo que obligó a la evacuación urgente de los habitantes del pueblo de Nikel.
Además de la amenaza inmediata para la vida y la salud de las personas, la inundación causó daños importantes a la infraestructura de la región. En Orsk fue necesario suspender temporalmente la prestación de atención médica habitual en los hospitales. En la tarde del 7 de abril, el nivel del agua en la ciudad alcanzó niveles críticos y las próximas lluvias agravarán la situación, creando riesgos adicionales para las zonas inundadas.
Las autoridades de la región de Orenburg introdujeron un régimen de emergencia federal, intensificando las medidas para eliminar las consecuencias de la inundación y brindar la asistencia necesaria a las víctimas.
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