William White, reconocido economista canadiense y presidente de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en 2009, advierte que el sistema financiero mundial se dirige a la quiebra ya que no tiene recursos económicos suficientes para hacer frente a otra crisis.
Según White: “Al mundo le sobreviene una peligrosa avalancha de impagos y bancarrotas que pondrá a prueba la estabilidad política y social mundial”.
Y añade que “la situación actual es peor que en 2007, puesto que las municiones macroeconómicas necesarias para combatir las crisis están prácticamente agotadas”.
William White
Esta advertencia tiene especial resonancia dado que White fue una de las pocas voces que sostuvo entre 2005 y 2008,que las finanzas occidentales se estaban dirigiendo hacia el declive, y que la economía global era susceptible de sufrir una violenta crisis.
“Los estímulos de la flexibilización cuantitativa y los tipos de intereses nulos por parte de los bancos centrales, tras la crisis de Lehman Brothers, se filtraron a lo largo de Asia oriental y los mercados emergentes, provocando el almacenamiento de burbujas especulativas y el aumento de los préstamos en dólares estadounidenses, algo difícil de controlar en un mundo de libre flujo de capital”.
La deuda pública y privada combinada se ha disparado hasta máximos históricos de 185% del PIB en los mercados emergentes y hasta el 265% del PIB en el club de la OCDE, ambos por encima en un 35% respecto a los máximos del último ciclo de crédito en 2007.
“Los mercados emergentes fueron parte de la solución después de la crisis de Lehman. Ahora ellos son parte del problema, también”
White, también fue el autor principal de un reciente informe del G30 sobre el futuro después de la crisis de la banca central, donde afirma que es imposible saber cuál puede ser detonante para la próxima crisis, ya que el sistema global ha perdido su ancla y es inherentemente propenso a la ruptura.
El economista aclaró que las deudas han ido aumentando durante los últimos ocho años, llegando a tal punto que pueden convertirse en la principal causa del problema que se avecina.
White afirma que los acreedores de Europa tendrán que hacer frente a los mayores problemas. Los bancos europeos ya han admitido a 1 billón de euros en morosidad: están muy expuestos a los mercados emergentes, y es casi seguro que están sometidos a muchas más malas deudas de las que nunca han revelado.
El sistema bancario europeo puede tener que recapitalizarse en una escala todavía inimaginable, y las nuevas reglas de “rescate” significan que cualquier titular de depósitos por encima de la garantía de 100.000 € tendrá que ayudar a pagar esos rescates.
“Durante la próxima recesión, se hará evidente que muchas de estas deudas no podrán ser nunca reembolsadas, hecho que molestará mucho a aquellas personas que piensan que los activos que poseen tienen algún valor”, señaló White.
“La única pregunta es si somos capaces de mirar la realidad a los ojos y enfrentar lo que viene de una manera ordenada, o si va a ser de forma desordenada”
La siguiente tarea que le espera a las autoridades mundiales es cómo manejar la cancelación de deudas y por lo tanto, deberán afrontar un reordenamiento masivo de ganadores y perdedores en la sociedad, sin que ello desencadene una tormenta política.
NOTA DEL ROBOT
Si leemos bien entre líneas, White no solo nos advierte del desastre financiero que se avecina, sino que nos advierte sobre las turbulencias políticas, económicas y sociales que se producirán cuando sea necesario re-organizar de nuevo todo el sistema.
¿Cuántas deudas se pagarán? ¿Cuántas se perdonarán?
¿Cómo se compensará a aquellos que no las hayan cobrado?
¿Qué efecto tendrá este derrumbe de la economía global sobre las clases sociales más necesitadas?
¿Qué influencia tendrá la llegada de las nuevas tecnologías, (como la robótica, la impresión 3D o la Inteligencia Artificial), que dejarán a tanta gente sin trabajo en todo el mundo?
¿Cómo se mantendrá toda esa masa de gente sin posibilidades de desarrollo?
Tal y como dice White, en la que es la frase más significativa de su intervención: ¿cómo se afrontará el reordenamiento masivo de ganadores y perdedores en la sociedad, sin que ello desencadene una tormenta?
Como vemos, estamos hablando de un reset global a todos los niveles, de un reinicio total de todo el sistema económico, político y social.
Y en ese reinicio todo el mundo buscará ocupar la mejor posición, la más ventajosa; todos querrán cobrar sus deudas o buscar compensaciones y habrá muchos que no querrán pagarlas.
Y sobretodo, habrá una gran parte de la población que sufrirá las consecuencias.
Y eso generará el peligro de que se produzcan disturbios sociales que amenacen con echar el sistema abajo; para controlar la situación, las élites gobernantes necesitarán que aparezcan interlocutores que negocien en nombre del pueblo y de “la justicia social”; que se erijan en portavoces de las clases populares y cuya función será impedir que estalle una rebelión generalizada e incontrolable de las clases oprimidas. Su función será llevar al pueblo como un rebaño durante esta transición, para impedir que se descontrole y ponga en peligro los intereses de los más poderosos.
Esos interlocutores pagados por las élites ya existen en muchos lugares del mundo, ya han sido convenientemente promocionados y ya han empezado a ocupar posiciones. ¿Aún no sabéis quienes son? Una pista: van en camiseta o en mangas de camisa, no llevan corbatas ni trajes, hablan de “igualdad y justicia social”, de “acabar con los privilegios de los más poderosos”, de establecer “rentas básicas de ciudadanía” y de acabar con el “fraude fiscal”.
Su función es sentar las bases para ese Nuevo Orden, haciéndole creer a la población que son logros sociales alcanzados gracias a su “rebelión democrática”.
Y además, serán los primeros en apoyar la instauración del dinero electrónico bajo el pretexto de controlar el fraude, para que todos podamos estar bajo un control férreo.
Y para que parezca que esos cambios son reales, muchos de los que ahora se consideran ricos (y que en realidad son clase media sobre-vitaminada), acabarán pagando el pato. Sí son aquellos con “cuentas de más de 100.000 euros que tendrán que avalar los rescates con sus depósitos” y que serán sacrificados. Tienen dos o tres residencias, un par de buenos coches y se creen que son de “la clase superior”, los muy idiotas.
No hace falta decir que ante ese potencial descontento social que se avecina, hará falta el establecimiento de un Estado Policial que lo controle.
Y la excusa para empezar a implementarlo, ya existe: se llama “terrorismo yihadista” y dadas sus características, es el pretexto idóneo para establecer un régimen de vigilancia masivo, sin que nos demos cuenta de que, en realidad, va orientado contra nosotros.
Además, será una magnífica herramienta para generar miedo entre la población y someterla al inmobilismo para que no pueda responder ante lo que se avecina y para que delegue en representantes comprados.
Sí, por lo visto, casi todas las piezas ya están en su lugar…
Y Sí, estamos hablando de un Nuevo Orden Mundial.
Sí, estamos hablando de una era post-petrolífera en la que se desarrollarán nuevas tecnologías, nuevos materiales y nuevas fuentes de energía.
Sí, estamos hablando de un potencial conflicto bélico a gran escala, en la que todos querrán ganarse una posición final ventajosa de cara al Nuevo Orden; un Nuevo Orden en el que todos los contendientes están de acuerdo, aunque difieren en el peso y la posición que cada uno quiere desempeñar en él. (Sí, Putin está de acuerdo con este Nuevo Orden, lo único que reclama es un trozo mayor de pastel, el que él cree que corresponde a su nación y no el que algunos le querían dar inicialmente).
Ojalá nos equivoquemos y quedemos como unos paranoides enloquecidos, pero por lo visto, esto es lo que se avecina…agárrense que vienen curvas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario