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viernes, 22 de enero de 2016

Los mercados se desploman a falta de metanfetaminas.


Allan Ramirez Casarrubias


Cuántas veces al día escuchamos del pánico que se apodera de los mercados desde el inicio de este año, surgiendo diversas explicaciones y entre la más común la caída del precio del petróleo o la preocupación China.

Sin embargo, la ola de ventas en Estados Unidos está más relacionada con un fenómeno que ya hemos advertido desde hace tiempo. El sistema fue apalancado por medio de crédito para sostenerse unos cuantos años más a partir del 2008, a estas alturas se revela que el problema jamás se resolvió, la idea fue crear un efecto de riqueza temporal como lo mencionó en su entrevista en la CNBC el ex presidente de la Reserva Federal de Dallas Richard Fisher. Ni siquiera se les pasó por la mente a nuestros líderes, tomar las medidas adecuadas y dolorosas para que el capitalismo continuara y desechara a los perdedores; al contrario, el sistema recompensó a los responsables y creó un “apartheid de las tasas de interés”. Este término hace alusión a la separación de razas que se dio en Sudáfrica en cierta época, donde los blancos eran la raza dominante. Conforme a esta idea, las tasas de interés de la FED separaban a banqueros, especuladores, transnacionales y políticos como los dominantes que pudieron beneficiarse, mientras que el resto de la población tuvo que conformarse con el escaso o nulo efecto goteo del crédito, sin traducirse en un verdadero progreso económico.

Prueba de esto es que en noviembre del 2010 Ben Bernanke ex presidente de la Reserva Federal escribió en el Washington Post una publicación donde justificaba el QE2 y expuso las bases de este efecto goteo. Basándose en su teoría el QE2 aumentaría el precio de las acciones, justificando que de esa manera la gente ganaría más dinero, estaría más contenta y saldría a gastar, lo que se reflejaba en mayor consumo, por lo tanto un mayor crecimiento. El problema es que incluso ese efecto goteo se acumuló en la elite.

Esto se debe a que sólo 13 grandes bancos comerciales son los que están en contacto directo con los principales bancos centrales y ellos deciden qué hacer y cómo ganar más dinero con toda esa liquidez que se les otorga. La liquidez comúnmente va a parar en el mercado bursátil o el mercado de bonos del tesoro y de ahí viene la deflación que enfrentan las economías y la hiperinflación en activos, algo que a Krugman seguramente se le olvidó explicar.

En el siguiente gráfico, la línea azul representa la tasa referencial de la FED, que como podemos notar disminuye desde el 2009 y cae a niveles del 0% hasta diciembre del año pasado. Por otra parte, la línea verde es la masa monetaria creada de la tasa referencial antes mencionada que se distinguen con la línea azul. Esta masa monetaria empieza a moverse muy cerca de la línea roja que representa el índice con mayor panorama del mercado americano el Wilshire 5000, lo cual significa que la masa monetaria creada de bajas tasas terminó casi por completo en la bolsa, como se dijo anteriormente.


Notemos ahora más de cerca en la siguiente imagen del mismo gráfico, que tanto la línea verde como la roja, empieza a menguar primeramente por el anuncio del fin del QE3 que la FED hizo en Octubre del 2014 y la expectativa de subida de tipos de interés posterior, para culminar con la famosa subida de manera muy insignificante en diciembre, un incremento en la línea azul que apenas si se puede distinguir en el gráfico. Haciendo alusión a un ejemplo para entender mejor estos aspectos técnicos, los grandes inversores adictos a la metanfetamina del 0% se quedaron sin un poco de su droga, lo que quiere decir que el dinero inteligente empezó a salir tras el anuncio del fin del QE3 y la expectativa de subir los tipos de interés. Mientras tanto, gracias a la maquina propagandística que tiene a su disposición Wall Street, se alentaba la codicia de los ingenuos para comprar en niveles caros.



Dando un zoom más profundo a la imagen, podemos ver cómo se construyen actualmente las posiciones cortas, después del periodo de distribución del 2015, donde al parecer el mercado ya alcanzó su techo, mientras tanto la masa monetaria está adelantándose al índice, indicando la posible caída que podría suscitarse en el Wilshire 5000 y entrar oficialmente en un Bear Market.



En términos de análisis técnico, el índice deja un patrón hombro cabeza hombro, lo cual es una señal más de caída que se asoma este año; patrón similar al que dejó el mercado en el 2008. Un tema que aún deja de que hablar y despierta la inquietud por olvidarse de buscar los próximos soportes para comprar, volviéndose más atractivo el aceptar el cambio de tendencia y sumarse a las posiciones cortas.

Lo probable es que esta vez la FED no podrá rescatar la caída en picada de los mercados, como lo mencionó el mismo Richard Fisher.

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