El presidente ruso, Vladimir Putin, ha aprobado este sábado la nueva Estrategia de Seguridad Nacional del país euroasiático, que constata que los ejércitos de varios países se están entrenando para destruir las instalaciones de la infraestructura informativa de vital importancia para Rusia.
“Las Fuerzas Armadas de esos Estados están elaborando acciones para destruir los establecimientos de la infraestructura informativa de importancia crítica para Rusia”, anota el documento, de 43 páginas, publicado en el portal digital de información gubernamental.
El texto recoge que se ha observado que, en general, se están intensificando las actividades de los servicios especiales de otros países para llevar a cabo operaciones de inteligencia y otras actividades en el espacio informativo ruso, con el objetivo “de estimular procesos sociales negativos que agraven conflictos interétnicos e interconfesionales en la Federación Rusa”.
“El sabotaje informativo-psicológico y la occidentalización de la cultura aumentan el peligro a que la Federación Rusa pierda su soberanía cultural”, alerta el informe, para luego agregar que el uso de tecnologías de información y equipos de telecomunicaciones de procedencia extranjera en Rusia aumentan la vulnerabilidad de los recursos nacionales de ese tipo frente a toda la infraestructura informativa del país euroasiático.
“El rápido desarrollo de las tecnologías de la información y de las comunicaciones va acompañado de un mayor peligro de amenazas a la seguridad de los ciudadanos, de la sociedad y el Estado”, se advierte en la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Rusia, que sustituye la aprobada el 31 de diciembre de 2015.
Con el propósito de desestabilizar la situación en Rusia, añade, se difunde información falsa, en particular, reportes deliberadamente tergiversados sobre la amenaza de ataques terroristas.
Es más, precisa que “en Internet se publican materiales de organizaciones terroristas y extremistas, llamados a disturbios, a actividades radicales y se insta a participar en protestas que infringen el orden público”.
Para hacer frente a este tipo de desafíos, el documento estratégico plantea la tarea aumentar la seguridad y estabilidad del sistema de suministro de energía, electricidad, del sector ruso de Internet y de otras infraestructuras, así como impedir el control extranjero sobre su funcionamiento.
En el ámbito de la seguridad económica, la Estrategia de Seguridad Nacional rusa subraya la necesidad de “superar la dependencia crítica de la economía rusa de la importación de tecnologías y equipos”, y de fortalecer el sistema financiero del país euroasiático y su soberanía frente a otros actores internacionales.
En esta línea, propone, entre otras medidas, la reducción del uso del dólar estadounidense en las transacciones de comercio ruso con el exterior.
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