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viernes, 8 de mayo de 2020

Llegamos a la “tormenta perfecta”: crisis económica sin precedentes

No se debe descartar la necesidad de aumentar la inversión en investigación y desarrollo, son fundamentales para estar preparados para la próxima crisis, opina Jorge Sánchez Tello.

En los últimos 25 años se han incrementado las facilidades para viajar, usar el internet, hay más acuerdos comerciales y se tiene un sistema económico más interdependiente por las cadenas productivas que tienen las empresas en diferentes países. Por estas razones el impacto económico que está teniendo la crisis ha sido inmediato.

En el 2003 con la epidemia del SARS China representaba el 4% de la producción global, en cambio en este 2020 representa al menos el 16%. El nuevo sistema económico que se ha venido construyendo particularmente en los últimos 20 años y donde el país asiático se ha colocado como el segundo país con mayor poder económico, brinda enormes beneficios pero también los riesgos han aumentado.

Después de la crisis algunas cosas van a cambiar porque tanto las empresas como las personas se han dado cuenta de que las cadenas de suministro han sido interrumpidas y algunas han volteado a sus proveedores domésticos, incluso si son más costosos es probable que decidan continuar con ellos porque han percibido que habían asumido mayores riesgos al tener cadenas de suministro en el exterior, aunque esto no implica que las cadenas de suministro internacionales van a desaparecer, van a regresar a lo local algunas empresas.

La guerra comercial va a continuar entre Asia y Occidente, los exportadores ya están reconfigurando sus cadenas de suministro e incluso se están preparando por si aumentan las barreras arancelarias. Al parecer, las fronteras se están alzando en muchas partes y puede frenar la movilidad laboral, educativa y de servicios, no solo se tendrá un impacto negativo en el turismo.

Lo que ha hecho la crisis actual es acelerar el proceso de intentar poner reversa a la globalización. Sin embargo, la tecnología y la ciencia siguen avanzando y el auge de las impresoras 3D, la automatización, el teletrabajo, la mayor participación de China en la economía, la crisis interna que tiene Estados Unidos, entre otros factores, pueden llevar a que cambien los modos de producción y de consumo.

Nadie sabe cómo saldremos, tampoco será el fin de la globalización ni del capitalismo, simplemente habrá cambios porque cada shock económico deja una herencia de recuerdos, pero también de aprendizajes, particularmente los sistemas de salud deberán tener mayores inversiones. No se debe descartar la necesidad de aumentar la inversión en investigación y desarrollo, son fundamentales para estar preparados para la próxima crisis e incluso para los cambios climáticos.

Particularmente México no cuenta con un buen sistema de salud y en lugar de desperdiciar inversiones en proyectos públicos donde se ha cuestionado su rentabilidad, la mejor inversión es tener un sistema de salud que brinde realmente buen servicio y con calidad.

Cada semana se revisan los pronósticos sobre lo que se puede convertir en la mayor caída del PIB en México desde 1932. Esto se debe a la gran incertidumbre que hay y es imposible saber con exactitud lo que va a pasar, pero se maneja un rango de caída que va del -6.5% hasta el - 10%, todo dependerá de que haya una pronta reactivación o no de la economía, si hay estímulos hacia la inversión pública y privada.

Sin embargo, todavía nos falta mucho camino por recorrer, lo importante es que ojalá puedan trabajar en conjunto el gobierno y la iniciativa privada para poner en marcha la economía una vez que pase la crisis porque tenemos riesgos importantes por la falta de inversión y sobre todo por el tema de Pemex, que necesita un cambio de estrategia para que no impacte de forma negativa a la economía.

Es pronto para saber el verdadero impacto, pero el desempleo va a aumentar y por eso es importante tener precaución en los gastos personales y tener calma para poder salir con éxito de la crisis de salud y económica. Todos vamos en el barco de nombre México y viene lo más complicado: debemos ser solidarios frente a esta “tormenta perfecta” de crisis económica sin precedentes.

Nota del editor: Jorge Sánchez Tello es director del Programa de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (FUNDEF). Síguelo en LinkedIn y en Twitter. Las opiniones de este artículo son responsabilidad única del autor.

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