“No vamos a participar en los diálogos de Moscú. […] Queremos sumarnos en el futuro, pero no estamos en condiciones de hacerlo esta semana. Es logísticamente difícil para nosotros hacerlo esta semana”, declaró el lunes el portavoz del Departamento de Estado de EEUU, Ned Price, en una rueda de prensa.
Así, Washington se retiró de la reunión cuadripartita que estaba prevista para este miércoles en Moscú, la capital rusa, con la participación de representantes de Rusia, Estados Unidos, China y Paquistán para abordar la situación en Afganistán, cuyo gobierno está desde mediados de agosto en manos del grupo Talibán.
La Casa Blanca tomó tal decisión a pesar de que, según el vocero norteamericano, “la troika ampliada”, formada por Rusia, EEUU, China y Paquistán, ha sido un foro “efectivo y constructivo” en el pasado. De hecho, el Gobierno de Joe Biden apoya el proceso, tal como adujo Price.
Al respecto, el representante especial del presidente ruso, Vladimir Putin, para Afganistán, Zamir Kabúlov, confirmó el viernes que los representantes del los talibanes participarán en este encuentro que será “a puertas cerradas”, y afirmó que espera “conversar sinceramente” con las nuevas autoridades afganas.
Además, una fuente cercana al ex jefe de Estado afgano Hamid Karzai informó a la agencia rusa de noticias Sputnik que el exmandatario y el líder del Consejo de Paz de Afganistán, Abdulá Abdulá, también participarán en tal encuentro.
Conforme a la portavoz de la Cancillería rusa, María Zajárova, en las consultas se debatirá la ayuda humanitaria al país centroasiático y la defensa de los derechos humanos, remarcó el medio ruso.
Talibán, en el poder desde 1996 hasta 2001, recuperó el control de casi todo el territorio afgano, después de que tomara el 15 de agosto Kabul, la capital, sin ninguna resistencia por parte de las fuerzas gubernamentales entrenadas por Washington.
El colapso del país centroasiático, ocurrió poco después de que comenzara la fase final de la retirada de las fuerzas norteamericanas, que a la cabeza de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), invadió el país centroasiático en 2001, so pretexto de luchar contra el terrorismo y deponer a Talibán, así como dar respaldo técnico al Ejército afgano.
Ante tal situación, el Gobierno estadounidense, presidido por Joe Biden, ha sido blanco de duras críticas por su irresponsabilidad hacia la nación afgana. Además, incluso las autoridades occidentales admiten que la intervención militar extranjera en ese país ha sido inútil y un total fiasco.
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